Texto: Bernardo Torres

Tlapa, Gro. 23 octubre 2019.- Con la desaparición del dirigente del Frente Popular de la Montaña, Arnulfo Cerón Soriano, ocurrida el pasado 10 de octubre, en lo que va de 2019, suman en Tlapa 18 desapariciones forzadas, reveló el director del Centro de Derechos Humanos «Tlachinollan», Abel Barrera Hernández.

Estos 18 casos, dijo, son sólo de aquellos que presentan una denuncia, lo que da una idea de que hay un patrón de desaparición, desde Iguala, Chilpancingo, Acapulco, Chilapa, y ahora en Tlapa, por el contubernio de la delincuencia organizada con agentes del Estado, desde policías, hasta funcionarios de primer nivel.

Esta colisión de autoridades y delincuencia, señaló, impide que se hagan investigaciones reales, pues los perpetradores se sienten blindados y protegidos, lo cual se hizo visible con el caso Ayotzinapa, y desde entonces no se ha avanzado en la materia.

18 casos de desaparición en menos de un año, son el claro indicio de que existe una red criminal en Tlapa, que existe un modus operandi, para desaparecer personas por cualquier motivo, personales o políticos, y si eso no lo investiga la autoridad y lo descontextualiza, es preocupante, insistió.

En cuanto a la detención de una mujer detenida y vinculada a proceso, Barrera Hernández, puntualizó que si es un avance, pero la prioridad es que los cuerpos avocados a la búsqueda hagan un trabajo profesional y no seguir en la línea de que un desaparecido ya nunca aparece.

Señaló que no es posible que ya hayan pasado 12 días sin saber de su paradero, en este momento cuando existen leyes sobre Desaparición Forzada, comisiones nacionales y estatales de búsqueda, cuerpos especializados, protocolos y que prevalezca el poder de los victimarios que el estado.

«Es preocupante porque en el estado todavía no existen protocolos de búsqueda como los que se están implementando a nivel nacional, para que se pueda mínimamente atender con urgencia la desaparición de Arnulfo es lo que más preocupa», dijo el director de Tlachinollan.

Las investigaciones, dijo, están en su totalidad en manos de la Fiscalía General del Estado (FGE), y nadie ha intervenido para no entorpecer su trabajo, mientras que la búsqueda la ha hecho sólo su familia y organizaciones sociales, quienes recorren colonias, barrios, barrancas y basureros todos los días.

En el caso de una desaparición, puntualizó que lo que más importa es dar con el paradero, mientras que las detenciones sólo cobran relevancia cuando aportan información para este fin, «las autoridades pueden investigar el móvil, quién más está involucrado, pero el punto central es saber si es clave para determinar la ubicación de Arnulfo»

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