Texto y fotografías: Jesús Hernández
Tixtla, Gro. 27 octubre 2019.- Con el objetivo de mantener viva y por el rescate de la alfarería artesanal tradicional, nueve familias de él taller de Alfarería, ubicada en el barrio del fortín de Tixtla, se resisten a desaparecer manteniendo la tradición hacia sus familiares y novedad de sus productos entre sus clientes.
De acuerdo a una de las fundadoras del proyecto, María Luisa Abraján Zeferino, recordó que dicho taller inició sus actividades en el año de 1986, por invitación del licenciado Francisco Alarcón, con un grupo de 40 perdonas a quienes se les capacitó en el manejo de “los tornos”.
Inicialmente el taller se estableció en una casa rentada, la cual era pagada por cooperaciones entre los asistentes a la capacitación, posteriormente el espacio donde actualmente se encuentra la alfarería, fue adquirido con el apoyo del entonces gobernador del estado Alejandro Cervantes Delgado” quien aporto la mitad del costo para la adquisición del terreno y la otra parte fue donado por unas “Damas Voluntarias” radicadas en la ciudad de Tixtla.
Abraján Zeferino, abundó que sus primeras creaciones fueron “nacimientos” de navidad, sin embargo, debido a que este solo era comercializado en temporada decembrina, buscaron otras opciones de artesanías que ofrecer durante el resto del año para generar ingresos para el sustento del taller y sus familias.
De ahí, que decidieron elaborar cazuelas, ollas, tazas, jarritos, platos, candeleros entre otros. Para la elaboración de un artículo de barro puede variar, desde media hora hasta 14 días dependiendo de la artesanía a fabricar. “Porque también el clima influye, debe estar soleado para que las piezas sequen”, dijo. Actualmente realizan piezas de mayor dificultad de elaboración, por ejemplo en esta temporada próxima a festejar a los “Fieles Difuntos” se están elaborando, calaveras, catrines, catrinas, calabazas, con el objetivo de mostrar a sus clientes novedad.
