Texto: Juan Blanco
Chilpancingo, Gro., 27 de noviembre de 2019. – Comunidades del municipio de Cuetzala del Progreso, en la zona Norte del estado, se organizaron para exigir al Gobierno Federal mayor flexibilidad en el programa de fertilizante 2020, así como la inclusión de otros apoyos para el campo.
Para darle formalidad a lo anterior, autoridades municipales, ejidales, de bienes comunales y campesinos de ese municipio celebraron recientemente una asamblea en la que acordaron enviar un pliego petitorio a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y a otras instancias de orden estatal y federal.
En dicho pliego petitorio, solicitaron a la dependencia depure el padrón de beneficiarios del programa de fertilizante para que a partir del 2020 reciban el insumo agrícola únicamente los campesinos que cultivan la tierra y justifiquen el apoyo.
Propusieron que la depuración se realice a nivel comunitario en la que participen la autoridad municipal, ejidal y de bienes comunales en coordinación con un comité comunitario electo por la asamblea y en presencia de un servidor de la nación. Posteriormente, dijeron, harían públicos los resultados de ese ejercicio y ante diversas autoridades.
En cuanto al paquete de insumos agrícolas, propusieron sea construido de acuerdo a una consulta campesina y de acuerdo a las necesidades de cada comunidad, manteniendo en el el biofertilizante pero con garantía vigente de laboratorio donde se indique la población de microorganismos benéficos de bacterias y hongos.
«Solicitamos que para el próximo ciclo P/V2020 se incluyan en el paquete de insumos agrícolas, prácticas y productos agroecológicos, tales como: el fomento de semillas nativas, hercibidas biológicos, abonos orgánicos o verdes, manejo de plagas y enfermedades de forma ecológica, así como obras de conservación de suelo y agua para evitar la erosión y desertificación».
Entre otros, la asamblea acordó solicitar que para el próximo año los vales que se canjearán por el insumo, sean entregados durante el mes de marzo directamente a los campesinos en su respectiva comunidad y bajo principios de transparencia, mientras que el abono comience a distribuirse a los productores partir de abril en sus comunidades, «ya que al recoger el insumo en los centros establecidos por la Sader, genera un gasto extra para el campesino».
Con relación a posibles siniestros de sus cultivos a causa de lluvias torrenciales o sequías, solicitaron que el incentivo sea equivalente al 50 por ciento de la cosecha perdida, «que bien puede ser dado en especie, mediante la reposición del maíz o mediante un apoyo monetario».
El acuerdo de la asamblea es a raíz de las experiencias que vivieron los campesinos de Cuetzala en este año, muchos de los cuales no recibieron apoyos agrícolas por diversas complicaciones en su registro y en la entrega de documentación.