Texto: Juan Blanco
Chilpancingo, Gro., 08 de diciembre de 2019.- El gobernador Héctor Astudillo Flores sostuvo que Acapulco, Chilpancingo y Chilapa dejaron de ser las ciudades más peligrosas del estado, gracias a la lucha que su gobierno ha emprendido para combatir la violencia.
Las declaraciones del mandatario se dan en medio de las críticas que emitió este sábado en su visita a Zumpango el fundador del PRD en el país, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien dijo que el gobierno federal no tiene una propuesta íntegra para solucionar los problemas de inseguridad en México.
“En todos lados hay problemas: en Guerrero en casi todos los municipios se enfrentan uno, dos, tres, cuatro o cinco grupos delincuenciales que se disputan el control y la riqueza, que es de la gente trabajadora”, señaló el hijo del extinto presidente de la República, Lázaro Cárdenas del Río.
Entrevistado este domingo al término de la sesión ordinaria del Consejo Político Estatal del PRI, el titular del Poder Ejecutivo reconoció que cada región y cada estado tienen sus particularidades pero que ha habido disminución de los índices delictivos en varios municipios de Guerrero.
“Yo lo que les puedo decir que Guerrero solamente en Acapulco, Chilpancingo y especialmente Chilapa ha habido una disminución, no como quisiera uno, pero yo creo que dejaron de ser de las ciudades más peligrosas. Su disminución ha sido notable”, sostuvo.
No obstante reconoció que en los últimos días se dispararon los asesinatos en la capital, como los ocurridos la noche del viernes pasado tras un ataque armado al mercado central de esta ciudad, que dejó como saldo tres personas muertas –dos mujeres y un hombre- y una más herida.
Sin embargo, dijo: “Al final de cuentas yo creo que cada estado tiene que responder para dar resultados en materia de seguridad. Nosotros no hemos, como lo he dicho, desaparecido el problema pero se le ha dado una lucha frontal y permanente”.
Caso de Tecoanapa
Astudillo Flores dijo que la libertad de los más de 10 elementos de la Guardia Nacional, quienes estuvieron retenidos por más de dos días por habitantes y “policías comunitarios” de la UPOEG en protesta para exigir la liberación de sus compañeros aprehendidos a principios de noviembre en Xaltianguis, se logró con diálogo y no negociando la ley.
“Mi posición fue muy firme respecto a que no iba haber negociación, mi postura es la misma. Sin duda lo que no podemos negar es a escuchar a las personas, hay intervención hasta de defensores de derechos humanos de organizaciones indígenas, y lo que yo no puedo dejar de hacer es de recibirlos, pero el tema está en manos de la Fiscalía de la República, no están ni en manos de la Fiscalía del Estado”.
Enfatizó: “Lo que puedo decir es que en ningún momento se ha tratado con nadie la posibilidad de dejarlos libres porque ejercieron presión, nosotros creemos que la ley se tiene que respetar, pero también creemos que se deben escuchar a las personas y eso no lo voy a dejar de hacer, pero en ningún momento hubo negociación de absolutamente nada”.