Texto: Bernardo Torres

Fotografías: Eric Chavelas Hernández

Alcozacán, Gro. 19 febrero 2020.- El Obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, deslindó al grupo criminal «Los Ardillos» de la masacre de 10 músicos en Mexcalzingo, y dijo que pudo tratarse de un «autogol» de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).

En una visita a la comunidad indígena de Alcozacán, donde ofició una misa por el descanso de las víctimas de dicho ataque, reiteró sus declaraciones «aquí debe haber una investigación profunda, porque yo creo que hay gato encerrado», dijo en varias ocasiones.

Dijo, que basta observar, quienes se pasearon con armas de grueso calibre en Alcozacán—policías comunitarios de la CRAC—durante la visita que hizo el gobernador, Héctor Astudillo Flores y su gabinete, cuando puso en marcha su plan de pacificación,

El Obispo acusó que las primeras declaraciones realizadas por el Fiscal General del Estado, Jorge Zuriel de los Santos, fueron forzadas e imprudentes, al señalar que los responsables del ataque eran seis miembros de la organización criminal «Los Ardillos.

Reveló, que ya se ha reunido con miembros de ese grupo quienes negaron de manera rotunda las acusaciones, y que incluso le manifestaron su deseo de reconstruir el municipio de Chilapa «y escuchando a estas personas, yo creo que la verdad todavía no se sabe».

En entrevista, insistió a los medios de comunicación, que la violencia en la zona es por problemas ejidales, y es porque llegaron que invadir el ejido de Xelocotitlán, entre ellos Rincón de Chautla, y desde entonces han buscado sumar a los pueblos de la zona, cada uno a su causa.

«Y cuando los pueblos se niegan a sumarse, se da la violencia, yo eh pedido al Gobierno Estatal y Federal a que solucionen el problema de tierras, ya no es problema de narcotráfico, sino de otro tipo, de tierras, por el orgullo y la venganza de grupos contra grupos», dijo.

Al concluir la misa, Salvador Rangel, llamó a los ancianos del pueblo a que ayuden a pacificar las comunidades «No enciendan más lumbre ni echen leña al fuego», a la vez que se ofreció como mediador ante las autoridades municipales, estatales y federales.

Por su parte, el padre Felix Ignacio López Ávila, quien se encuentra asignado a Mexcalzingo, afirmó que en esa comunidad «no hay nadie que se haya alegrado por lo que pasó, todos estaban tristes por esa situación, hacen oración por los que se fueron y por los que perdieron a sus seres queridos».

Llevó a los pobladores de Alcozacán el mensaje de que lo que pasó es totalmente ajeno a la comunidad, que la gente de ahí no intervino para que eso sucediera, no pudieron hacer nada y por ahora también tienen miedo de transitar por esta carretera.

«Quiero decirles que el rencor no va hacer que sane la herida, a pesar de esto, la mayoría de la gente vive en paz y quieren vivir en paz, tomen en cuenta que son indígenas también, no es una lucha entre pueblos, ellos también sienten, los estiman y se siente comprometidos con ustedes», concluyó el párroco.

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