Texto: Staff
Chilpancingo, Gro. 28 abril 2020.- El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», Abel Barrera Hernández aseveró que el asesinato del delegado en la Costa Grande de la Comisión Estatal de Defensa de Derechos Humanos (CEDDH), Jesús Memije Martínez y su hijo Uriel, demuestra «el grado de indefensión de los defensores de derechos humanos» en Guerrero y en el país.
Barrera Hernández envió una misiva a través de redes sociales al presidente de la CEDDH, Ramón Navarrete Magdaleno para dar las condolencias a nombre del equipo de trabajo de «Tlachinollan» a todo el equipo de ese organismo institucional, luego de que el pasado fin de semana fuese asesinado su delegado en la Costa Grande y su hijo en el municipio de Atoyac.
En la carta, Abel Barrera Hernández sostiene que es «lamentablemente la situación de seguridad para las y los defensores de derechos humanos; la seguridad sigue siendo una demanda pendiente que no ha sido atendida con presteza por las autoridades del estado y federales».
Sostuvo que el «artero asesinato» contra del delegado de la CEDDH en la Costa Grande, Jesus Memije Martínez y su hijo Uriel «es la expresión más funesta del grado de indefensión que enfrentamos como defensores de derechos humanos».
Y envió a nombre de «Tlachinollan» sus condolencias a la CEDDH y a la familia por el asesinato de Memije Martínez y de su hijo, «y nos unimos a la enérgica protesta que han emitido públicamente para que se investigue y castigue a los responsables».
El director de «Tlachinollan» consideró necesario que instituciones oficiales de defensa de Derechos Humanos y Organizaciones no Gubernamentales, «tenemos que unir nuestras voces para que cesen las agresiones, las amenazas, las campañas de desprestigio y los asesinatos contra los defensores y defensoras, como el artero asesinato de Jesús Memije Martínez y su hijo».
Subrayó que no pueden «permanecer callados, ni mucho menos bajar la guardia; debemos mantener en alto esta lucha de defender los derechos, para contener el uso de la violencia como forma de gobierno o como una práctica tolerada por las autoridades».