Texto: Fabiola Ramos Gallo
Fotografías: Amilcar Juárez
Chilpancingo, Gro. 21 mayo 2020.- Guerrero es considerado una entidad de alto contagio por la Secretaría de Salud, con un total de 942 casos confirmados, 779 casos sospechosos y 140 defunciones.
Actualmente se encuentra en fase 3, etapa en la cual la propagación del virus es comunitaria (contagio local), por tanto, la transmisión del coronavirus será máxima y podría colapsar el sistema de salud de la entidad. Para frenar dicho escenario sería esencial paralizar toda actividad de una sociedad, mas la realidad económica de esta no se lo permite.
En el estado se vive en una constante crisis, no sólo en tema de seguridad, sino de economía. Tan es así, que tan sólo el 7.3% de la población no es pobre ni vulnerable, según estadísticas del INEGI.
Enfrentar una crisis económica propia de una pandemia en un estado con altos índices de pobreza y empleo informal es el gran reto al que se enfrentan decenas de guerrerenses en tiempos de covid.
Voceador en fase 3
La estrechez de una caseta de periódicos en la acera llama la atención, a su lado se encuentra un joven de mediana estatura y piel canela que enfrenta la contingencia sanitaria solamente con una careta y tras de ella un esbozo de sonrisa, en la mano izquierda muestra la nota roja de un periódico a los pocos automovilistas que transitan indiferentes como si el virus también fuera la solidaridad y empatía.
Irmin Rivera Fuentes, tiene 29 años de edad y se dedica a la venta de periódicos desde los 13 años. Se levanta a las 4 de la mañana el sueño tiene que esperar pues a las 5am diariamente empieza a recoger los periódicos en la cancha de la colonia Ruffo Figueroa, donde se surte de varios ejemplares del Vértice, el Sur, el Sol de Chilpancingo y el Diario de Guerrero, para posteriormente llevarlos a su punto de venta en la avenida Gobernadores donde puede permanecer hasta las 12:30 de la tarde.
“Hoy ha sido un buen día, ya casi acabo todo” expresó con una sonrisa. No todos los días son iguales para Irimin, mucho menos ahora que el coronavirus llegó a la capital.
El ingreso ha disminuido drásticamente desde el inicio de la pandemia en Guerrero, pues la gente ha dejado de salir y algunos de sus clientes ya no pasan por seguridad, por ello, se han visto en la necesidad de reducir hasta en un 50% el número de ejemplares para vender porque si no “no salen”, de 40 o 50 ejemplares que se compran en un día habitual, actualmente con el confinamiento, han reducido entre 20 y 15.
El joven menciona que han presentado bajas ventas incluso antes de la pandemia, y eventualmente ha tenido la oportunidad de realizar otras actividades para complementar su trabajo y así poder sostenerse, pues conoce otros oficios como el de albañilería.
Es proveedor principal en la familia, conformada por su esposa, quien es ama de casa, y 2 hijos, un niño de 8 años y un bebé de apenas 5 meses. Han logrado sobrellevar la cuarentena con lo que logra ganar, mas no ha sido fácil.
“Lo que hemos hecho con mi familia es guardando, irlo estirando lo más que se pueda, irnos limitando como la economía ha bajado pues hemos tenido que buscarle, y gracias a dios también hemos recibido ayuda de otras partes por ejemplo en la oficina en la que estamos, a todos los compañeros voceros se nos dio una despensa, y con eso hemos podido salir adelante”.
Al preguntarle sobre si tiene temor a contraer Covid-19 suspira y dice “sí, siento temor de llegar a contagiarme, por eso tratamos de protegernos” pero también reafirma “no nos queda de otra que tener que salir”. Comenta que el uso de gel antibacterial es imposible por el contacto con el periódico y el dinero que recibe, por lo cual la única medida de prevención que ha tomado ha sido la careta, misma que le fue donada por un cliente, pues él no la pudo adquirir.
Así como ha recibido muestras de solidaridad como esta, también existe la contraparte “Ha pasado gente y me ha dicho que puedo ser un foco de infección, que ya no venga, que cierre. Y por eso mismo hay muchas personas que han dejado de venir a comprar, dicen mira pues ahorita por lo de la pandemia no te vamos a comprar, porque creen que uno puede ser portador del covid o en el periódico, en el papel, entonces sí la hemos sufrido, hemos visto que nos han puesto un limitante.”
Finalmente comentó que ningún cuerpo de seguridad le ha notificado para que deje de realizar su trabajo, solamente le piden use alguna medida de protección.
La imposibilidad del confinamiento
Cumplir con el confinamiento es una medida casi utópica en México, la imposibilidad de tener lo indispensable para sobrevivir en cuarentena ha obligado a muchos, como Irmin, a salir de sus casas a buscar el sustento.
Según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) realizada por el INEGI, la Tasa de informalidad laboral en marzo 2020 fue de 55.8%. Es decir; poco más de la mitad de la población en México pertenece al sector informal, mismo que favorece la desigualdad y exclusión social. Al no contar con garantías como seguridad social, o prestaciones de ley, este se convierte en el sector con mayor vulnerabilidad durante la contingencia por el covid19.
Entre el Trabajo y Coronavirus
Al sur de la capital en medio del espeso humo que bordea la ciudad, en una obra casi conclusa, un par de albañiles sortean posturas para dar los últimos detalles al arte de edificar con la magia de sus manos desde hace 12 y 5 años.
Luis Enrique Guzmán Muñoz y Evaristo Hernández Reyes, han compartido trabajo estos últimos meses, aún con la contingencia no pueden permanecer con sus familias, ellos continúan en la construcción de 8 de la mañana a 5 de la tarde.
En comparación de otros oficios, la albañilería no ha sufrido aún los estragos de la pandemia, los jóvenes mencionan la ventaja que los cobija, pues tienen muchos contactos mismos que los van recomendando, por lo que muy pocas veces se han quedado sin trabajo.
“En lo que sí hemos sufrido el cambio es en los precios, allá afuera, en las cosas que venden sí están más altos los precios” admite Luis Enrique. Para poder apoyarse económicamente, en ocasiones realiza trabajos de plomería o pintura.
Evaristo responde “En mi caso, a veces apoyo a mi esposa, ella trabaja en las piñatas entonces sí es un extra”.
Ambos son proveedores principales en la familia, aunque sus mujeres les apoyan. La esposa de Luis Enrique apenas ingresó a trabajar en una farmacia, tiene 2 hijos de 8 y 4 años de edad, En tanto, la mujer de Evaristo quien además de vender piñatas, se dedica a la venta de chilate, tienen sólo una niña de 4 años.
Al preguntarles por su opinión sobre la existencia del virus respondieron que están “entre sí y no”, pues no conocen a nadie cercano que haya sido infectado. Sin embargo, no por ello dejan de sentir temor “qué tal y sí es cierto” dice incrédulo Luis Enrique mientras se sonríe con su compañero. Lo único que hacemos para protegernos es usar cubrebocas en el transporte público, porque aquí no mantenemos contacto con mucha gente, nomás somos nosotros dos.
El verdadero reto viene cuando hay que abordar el transporte público, el día de hoy la gente dejó de salir a trabajar, los estudiantes que eran los que llenaban las urvan suspendieron sus actividades, ante esta situación los choferes han tenido que esperar hasta 30 minutos para poder transportar a los pocos pasajeros que deseen viajar a la capital.