Texto: Luis Daniel Nava
Fotografía: José Filiberto
Chilapa, Gro; a 30 de junio de 2020.- El Centro de Derechos Humanos Minerva Bello hará labor de sanación psicosocial y espiritual así como de información de sus derechos con familiares de víctimas de la violencia en la Montaña baja que han sido relegadas y a las que les cuesta el doble de trabajo acceder a la justicia y a la atención del Estado.
Así lo informó el presidente de este organismo, José Filiberto Velázquez Florencio, en entrevista luego de recibir el sacramento de la Orden como Diácono por parte del obispo Salvador Rangel Mendoza este viernes 26 en la catedral de Chilapa.
Velázquez Florencio, de 35 años es originario de Chalco en el Estado de México. Estudió enfermería y ejerció esta profesión en el área de la psiquiatría y cuidados paliativos.
Tiene estudios en filosofía por la Universidad del Valle de Atemajac y una maestría en teología por la Saint Jonhn´s University en Collegeville, Minnesota en los Estados Unidos.
En 2018 fundó en la capital del estado el Centro de Derechos Humanos Minerva Bello; este nombre corresponde a la madre de Everardo Rodríguez, uno de los 43 estudiantes raptados y desaparecidos por policías municipales de Iguala e integrantes de la delincuencia organizada el 26 y 27 de septiembre de 2014.
Minerva Bello Guerrero, originaria de Omeapa del municipio de Tixtla, murió el 4 de febrero de 2018 a causa de cáncer y en el contexto de la búsqueda de su hijo.
Desde 2019, José Filiberto, asiste al padre Armando Ruiz en la parroquia de la Virgen de Guadalupe en el barrio de La Villa, en Chilapa, a donde precisamente fue enviado a ejercer como Diácono, una figura previa al Sacerdocio.
“Para mi es un compromiso que adquiero desde mi fe y la iglesia para el servicio de los pobres, es una vocación que todo cristiano debe tener. Hoy especialmente me he consagrado en esa misión, esa es la tarea del Diácono servir y especialmente servir a los pobres”, opinó sobre su Ordenación.
En Guerrero, dijo, lamentablemente existen muchas viudas, esposas de asesinados, viudos, madres sin hijos porque están desaparecidos, esposos desaparecidos y a esas personas consagrará su ministerio.
Filiberto Velázquez colabora también en la Pastoral Social Diocesana en la dimensión de Movilidad Humana donde combina su labor pastoral con la búsqueda de la justicia social.
Acerca de su trabajo en el Centro Minerva informó que se está coordinando con el organismo Caritas Diocesana para que los proyectos de la iglesia vayan de la mano con la promoción de los Derechos Humanos.
Y anunció que abrirá una oficina del Centro Minerva Bello para la atención a familiares de víctimas de la violencia en la ciudad de Chilapa, haciendo equipo con el seminario y la Diócesis Chilpancingo-Chilapa.
—¿Qué diagnostico tiene de las familias de las víctimas de la violencia en la Montaña baja?
— Han sido muy relegadas, si en la capital del estado o en Acapulco les cuesta trabajo el acceso a la justicia, a la verdad, a la atención y a la memoria, para una victima o familiar de una víctima de la Montaña baja es doblemente difícil acceder.
“Por eso es muy importante nuestra labor en estos lugares donde son tan difíciles de acceder a la justicia”.
El Centro Minerva tiene comunicación con el Centro Regional de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, conocido como Centro Morelos, con sede en Chilapa y que actualmente dirige Teodomira Rosales Sierra. Ambos forman parte del Frente Guerrero por Nuestros Desaparecidos.
“La labor en Chilapa será con familiares de víctimas que están solas y desamparadas pero que también tienen temor de integrarse a un colectivo o a politizarse” por lo que, dijo, partirán de un proceso de trabajo espiritual e información para fortalecerlos.
Velázquez Florencio explicó que lo primero que se les brindará será una sanación psicosocial y espiritual para después orientarlos a conocer los derechos y el proceso de reparación del daño que el Estado debe garantizar.
Que entiendan cómo es la lucha y cuáles son sus derechos para que ellos mismos se empoderen y no tengan que depender de nosotros para que pedir justicia, dijo.
En la ordenación diaconal del pasado viernes al medio día en la catedral de Chilapa también fueron nombrados Gerardo Aguilar Sánchez, originario de La Resurrección Puebla en la entidad del mismo nombre; Ricardo Alemán Cruz, de Arriaga, Chiapas; Israel García de los Santos de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Luis Miguel López Ortega, de la Ciudad de México; Néstor Rocha Bejines, de Lázaro Cárdenas, Michoacán; y Warner Torres Pivaral de Escuintla, Chiapas.
Los siete nuevos Diáconos, todos con estudios en Filosofía y Teología, disponen desde el pasado viernes de diez días de asueto para luego presentarse en las parroquias de la Diócesis donde fueron asignados.
El obispo les pidió servir con sencillez, ser infatigables, alegres, bondadosos y constantes en la oración.