Texto y fotografía: Luis Daniel Nava

Chilapa, Gro; 28 de julio de 2020.- La catedral de Chilapa es una obra de los guerrerenses y se debe de preservar, consideró la maestra por la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Deysi Cristina Hernández Hernández.

La catedral del arquitecto Federico Ernesto Mariscal Piña (1881-1971) es una obra de la arquitectura moderna, post revolucionaria de México, y es considerada la tercera en dimensiones del país.

Así lo concluyó Deysi Cristina Hernández Hernández en su tesis titulada La catedral de Chilapa de Álvarez, Guerrero: un caso de la arquitectura nacionalista (1931-1965) con la que obtuvo, este pasado 10 de julio, el grado de Maestra de Historia y Etnohistoria por la ENAH, institución donde también cursó su licenciatura.

El director de este trabajo académico fue Tomás Pérez Vejo, doctor en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid, España.

La maestra Deysi Hernández es hija del matrimonio del luchador social y ex dirigente del PRD estatal, Bernardo Ranferi Hernández Acevedo y Lucía Hernández Dircio, asesinados en noviembre de 2017 en Chilapa, junto a la mamá de Lucía, Juana Dircio Barrios y el joven Antonio Pineda Patricio.

La académica explicó, en entrevista a este reportero, que la historia de este templo se dividen en dos fases: la primera del obispo José Ramón Ibarra y Gonzáles que en 1891 inició la primera construcción de la catedral dirigida por el arquitecto poblado Eusebio de la Hidalga.

Esta obra, inconclusa por el cambio de obispo y por el movimiento de la Revolución alrededor de 1910, fue destruida en su totalidad por un incendio registrado el 26 de abril de 1930.

En 1931, el nuevo obispo Leopoldo Díaz Escudero inició la construcción de la catedral con un nuevo diseño del arquitecto Federico Mariscal Piña que fue enviado desde la Ciudad de México por la Secretaria de Hacienda del gobierno federal a la Ciudad Episcopal de Chilapa para presentar el proyecto.

El arquitecto Mariscal Piña, de acuerdo a la maestra Deysi Hernández, fue clave para asentar las bases de la arquitectura nacionalista en el periodo pos revolucionario.

La actual catedral de Chilapa, agregó, se construyó en el periodo refundacional del País y su arquitectura “moderna” está enmarcada en la corriente llamada nacionalismo.

En la catedral, Mariscal retomó formas arquitectónicas del periodo de La Colonia en México.

“Tiene características de modernidad por los materiales que fueron usados por primera vez en México, como el concreto armado y la cúpula de fierro, así como con materiales de la región”, indicó Hernández Hernández.

La obra iniciada en 1931 se concluyó en obra negra en 1975, es decir, la construcción tardó 44 años.

De hecho, explicó Deysi Hernández, Federico Mariscal falleció en 1971 sin ver concluida su obra. No obstante por cada artefacto o sección que se concluía se realizó una inauguración en las que estuvo presente el arquitecto.

La catedral de Chilapa es la tercera en dimensiones en el País, por debajo de la catedral metropolitana  de la Ciudad de México y la catedral de Puebla. Mide 97 metros de largo y 60 de ancho con una altura de 47 metros.

En su interior, se crearon ventanales con las imágenes de los principales santos de cada pueblo de Guerrero.

En el levantamiento de la construcción, indicó la maestra Deysi Hernández, intervino la mano de obra de toda la población de Chilapa y de la Diócesis que en ese tiempo abarcada prácticamente todo el estado.

“Fue toda la población de Chilapa, toda su feligresía, incluso no solamente de Chilapa, estamos hablando de toda la Diócesis de Chilapa que en ese entonces abarcaba prácticamente todo el estado de Guerrero.

La académica explicó que mes con mes la Diócesis solicitaba una aportación en especie a determinada población de su demarcación y en esta se encontraba laborar en la obra.

“Todas las foranías (pueblos) que conformaban a la diócesis tenían que hacer su dotación en especie y ahí en Chilapa muchos trabajadores de albañilería y maestros de obra trabajaron en la obra de la catedral”.

“La catedral fue obra de todos los guerrerenses, de ahí que sea una de las de más grandes proporciones”, consideró.

Dijo que por tratarse de un patrimonio guerrerense se debe preservar.

En la protección de la catedral, dijo, debe de intervenir por ley el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
 
Cabe mencionar, que en al menos la última década, la catedral ha sufrido alteraciones a su diseño arquitectónico original sin la intervención de ninguna autoridad federal. Por ejemplo, el cambió del portón metálico principal o el levantamiento de una barda en sus alrededores.  

Hasta esta fecha, aún continúan los trabajos de colocación una barda perimetral de piedra y cemento de la catedral que quita la visibilidad de la obra arquitectónica.

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