Texto: Staff

Fotografías: Internet

Chilpancingo, Gro. 30 Julio 2020.- Directores de organismos defensores de derechos humanos de Guerrero, Puebla y Chiapas hicieron un llamado urgente al gobierno federal para que ponga atención especial a familias indígenas en zonas de alta marginación, que están siendo las más vulnerables ante la pandemia del Covid-19 y que enfrentan condiciones difíciles de falta de atención y de acceso a servicios básicos de Salud.

Así lo sostuvieron este jueves en una teleconferencia llamada «Visiones locales de Covid-19 en grupos vulnerables: desafíos para la equidad», que organizó el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) y donde su director, Juan Ángel Rivera Dommarco dijo que el gobierno federal escuchará las voces de todos los sectores para mejorar la atención en zonas vulnerables del país.

En ese ejercicio participó el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», Abel Barrera Hernández quien explicó que esa región de Guerrero «sigue siendo el sótano de la desigualdad en los 19 municipios donde se ubican de los más pobres del país como Metlatónoc donde se da más la expulsión de población jornalera».

Aseveró que lo que han podido documentar como Centro es que esta pandemia «ensañado con los trabajadores esenciales y no hay mecaninso efectivo de las institucional para prevenir y atender a esa población» que en su mayoría son jornaleros agrícolas que se han visto obligado a trabajar en campos de cultivo de estados del norte del país y otro segmento de la población que emigra hacia Estados Unidos como indocumentados.

Barrera Hernández, informó que «Tlachinollan» ha documentado la salida de casi 5 mil 500 personas de la Montaña como jornaleros agrícolas en esta pandemia sanitaria del coronavirus y un número indeterminado de migrantes a Estados Unidos.

«Son personas que cargan bajo sus hombros todo lo que significa la explotación y expoliación de los trabajadores del campo, son los más desprotegidos, los más vulnerables y no se atiende el fojo rojo de la discriminación, de la desigualdad, están saliendo sin ninguna seguridad hacia los campos de cultivo donde se han contagiado», aseveró.

Dijo que por ejemplo de los migrantes que se han ido a Estados Unidos, han documentado el deceso de 43 guerrerenses de la Montaña que fallecieron a consecuencia del coronavirus en Nueva York, MIchigan y Georgia, «regresaron de sus sueños a sus comunidades hechos cenizas; es el grave problema y el gran drama, regresaron con un certificado de cremación».

Dijo que la población migrante es la que ha sostenido la economía familiar de la Montaña «pero estamos viendo que se está resquebrajando, se están muriendo sus hijos que se fueron para ayudar a sus familias, es un fenómeno reciente».

Abel Barrera, sostuvo que ante esta «situación precaria la ausencia de las instituciones es lo que más brilla en la Montaña, por ejemplo hay un solo hospital de segundo nivel que atiende a los 19 municipios; desde 1970 no hay infraestructura hospitalaria y esto agrava más la situación en esta contingencia».

Tania García Guerra de la Cooperativa Pajti de la Sierra Norte de Puebla, señaló que en ese estado «los cuidados y acciones para mitigar los contagios no se tomaron a tiempo y que en estas semanas de un incremento de casos en la pandemia se han disparado los casos sin que se pueda avizorar que se atienda de manera correcta».

Se quejó que hace falta infraestructura y personal médico para atender a una población vulnerable en esa zona indígena poblana y consideró que el gobierno federal debe de desplegar medidas extraordinarias para evitar un grave daño en la población más vulnerable.

Joel Heredia Cuevas coordinador de Salud y Desarrollo Comunitario AC de Chiapas, también explicó su experiencia en las comunidades indígenas de Chiapas donde coincidieron que hay carencia de médicos, de enfermeras y de hospitales, «es una situación delicada que se agrava en zonas pobres del país».

Al final los tres coincidieron que la pandemia «presenta una serie de desafíos que debemos dar respuestas desde diferentes frentes, tenemos una profunda desigualdad que convive con la diversidad, tenemos diferentes condiciones de vida en las comunidades y se deben de atenre como tal».

Y pidieron al INSP a que ayude «a visibilizar este problema, en la Montaña el problema de muerte materna es grave porque hemos documentado 15 casos, pero se necesita un estudio claro para poder incidir en cambios de políticas públicas de atención a las mujeres; también de esta pandemia sanitaria porque las denuncias quedan como un relámpago en la noche, hay que complementar quehaceres entre autoridades, la población y organismos independientes» añadió Abel Barrera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: ¡Contenido protegido!