Texto: Bernardo Torres
Fotografías: Bernardo Torres/Jorge Dan López
Ajuchitlán del Progreso, Gro., 01 de septiembre de 2020.- Al menos el 70 por ciento de los pueblos de la Sierra de Guerrero distribuidos en 15 municipios se encuentran imposibilitados para recibir clases ante la falta de energía eléctrica.
El problema es año tras año, y este no ha sido la excepción, salvo que ahora tampoco hay maestros en las comunidades y las clases se imparten a través de la televisión e internet.
Miembros del Observatorio por la Sierra realizaron un recorrido por los municipios de Tecpan, Coyuca de Catalán y Ajuchitlán del Progreso atestiguaron que cientos de comunidades llevan más de ocho días sin energía eléctrica, y por consecuencia sin televisión ni internet.
De acuerdo con esta organización, son alrededor de 800 comunidades con este problema, en algunas por la caída de árboles sobre la red eléctrica, el colapso de transformadores, y en otros la energía es cortada de manera deliberada por grupos armados.
En una reunión que sostuvo el Observatorio en El Aguacate, Municipio de Coyuca de Catalán, la comisionada de Educación, Susana Lucho, reprochó que durante años este derecho constitucional no se ha hecho valer para las comunidades.
«No hay infraestructura educativa, no hay equipo de cómputo, no hay bibliotecas, internet, no hay maestros, y los pocos que llegan sólo acuden unos días y se van ante las condiciones de distancia y violencia», dijo.
En esta zona el calendario escolar apenas se cumple en un 30 por ciento, y los niños no conocen el preescolar, secundaria ni bachillerato porque sólo hay escuelas primarias.
Lamentó que antes de terminar la primeria los niños se empiezan a dedicar a rayar amapola ante la falta de oportunidades, donde fácilmente son atrapados por la delincuencia organizada.
«En la sierra los niños tienen sueños, de ser ingenieros, maestros, doctores, pero sin las condiciones adecuadas o mínimas no se logran», expresó con tristeza.
Brenda Aguilar, originaria de la comunidad de El Aguacate, manifestó que para los padres y niños es difícil separarse a temprana edad para mandarlos a estudiar a la ciudad, en busca de un mejor futuro y mejor calidad de vida.
Olga Macedo Arreola, alzó la voz «exijo ayuda, vivo sola con mis hijos, no quiero que se vayan lejos, aún las ciudades representan otro peligro para ellos, ya es hora que a la Sierra se le dote de escuelas dignas, y porqué no, incluso una universidad».
La joven Alva Leslie, estudiante de preparatoria, y originaria de Los Vallados, Municipio de Ajuchitlán del Progreso, dijo que les cuesta mucho salir a estudiar y en estas condiciones está en riesgo de abandonar sus estudios.
En la comunidad de Fresnos de Puerto Rico de este mismo municipio, los pobladores adquierieron un generador de energía eléctrica para al menos encender un televisor y los niños tomen clases, pero el corte de las carreteras no les había permitido salir a comprar gasolina.
Aurora Aguilar, Freddy Bernardino y demás integrantes del Observatorio por la Sierra adelantaron que este es el primer llamado que hacen a los tres niveles de gobierno, pero pronto serán las más de mil 200 comunidades las que se manifiesten en las principales ciudades y carreteras para que se les haga justicia social.