Texto: Juan Blanco
Chilpancingo, Gro., 26 de noviembre de 2020. – El asesinato del precandidato del PRD a la alcaldía de Chilapa, Antonio Hernández Godínez, es una muestra del escenario violento que se avecina en este proceso electoral en Guerrero, advirtió el obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza.
Entrevistado vía telefónica, el prelado católico recordó que en 2018 hubo un registro de al menos 28 crímenes de políticos que participaron activamente en la contienda electoral, y que «hoy que es una elección más importante, que es la del gobierno del estado, me imagino que va haber más violencia».
Rangel Mendoza dijo que él ya había advertido meses atrás a los tres órdenes de gobierno y a las autoridades electorales de estas ejecuciones, pero hicieron caso omiso.
Insistió en que la mejor vía para evitar más homicidios es el de pactar una tregua entre los distintos partidos políticos, aspirantes e inclusive, agregó, con los grupos criminales que operan en Guerrero.
«Debe haber una tregua civilizada, de caballeros, porque yo estoy seguro que atrás de cada asesinato hay intereses políticos e intereses económicos. Yo no sé qué autoridad moral pudiera ver que no se estén repitiendo los asesinatos», indicó.
Anoche fue ultimado a balazos Antonio Hernández, quien aspiraba a gobernar Chilapa de la mano del Sol Azteca.
Siete meses atrás, es decir en mayo pasado, el síndico procurador del Ayuntamiento de Tixtla y precandidato a la alcaldía de ese municipio, Víctor Hugo Romero, también fue ejecutado a tiros.
Datos de la propia Fiscalía General del Estado indican que en ambas demarcaciones de la región Centro de Guerrero opera el grupo delictivo Los Ardillos, cuyo bastión se encuentra en Quechultenango.