Texto: Fabiola Ramos Gallo
Fotografías: Cortesía
Chilpancingo, Gro., 14 de diciembre de 2020.-Los maestros y padres hablan y exhiben que si existen 3 palabras que pudieran definir el curso y consecuencias de la educación virtual y el ya televisado ‘aprende en casa’ en Guerrero son: incertidumbre, desigualdad y estrés.
Aunado a las dificultades que enfrenta el estado respecto al rezago educativo, ubicándose entre las estadísticas nacionales como la segunda entidad con mayores índices de analfabetismo, según estadísticas del INEGI en 2015, actualmente se enfrenta a una fallida estrategia de digitalización educativa impuesta por las autoridades federales, misma que ha excluido significativamente a las poblaciones rurales.
*Sin señal televisiva, fichas de internet limitado y padres analfabetas
En estos ocho meses de pandemia, los maestros han atestiguado las carencias del gremio magisterial así como de las nulas oportunidades que tienen las comunidades de adaptarse a esta nueva modalidad educativa derivada de la pandemia por SARS-CoV-2.
En la búsqueda de estos relatos, recabamos las historias de Manuel, Miguel Ángel, Aleyda y Yoanni. Los 3 primeros ejercen como docentes de nivel primaria multigrado, primaria y preescolar respectivamente en la zona rural del estado de Guerrero. Yoanni es profesora en Chilpancingo, que aún siendo una zona urbanizada no dista del negativo panorama de los rincones geográficos con altos índices de marginación.
Los maestros hablan que la pandemia ha visibilizado significativamente la indiferencia de las autoridades hacia el progreso de los guerrerenses, diseñando estrategias que solo develan las ruinas de la educación.
Desde que recibieron la orden federal de visitar sus centros de trabajo y anunciar a los padres la nueva forma de trabajo, los docentes dieron por hecho que los niños no lograrían adaptarse, la falta de condiciones tecnológicas y las brechas digitales aunadas al analfabetismo de quienes ahora fungirían como intermediarios en la educación de sus hijos harían imposible el cumplimiento de las expectativas pedagógicas en el ciclo escolar 2020-2021.
La maestra Aleyda, viaja hasta 4 horas a su centro de trabajo, un preescolar enclavado entre la serranía del municipio Heliodoro Castillo, allí tiene a su cargo a 23 niños de nivel preescolar.
Al igual que Aleyda, los docentes rurales entrevistados refirieron que menos de la mitad de padres son los que han dado seguimiento a la educación de sus hijos; las labores campesinas y los altos costos en las fichas de internet para mandar las evidencias imposibilita las actividades, si bien algunos programas sociales han dotado de televisiones los hogares de la región, hasta hoy no hay señal para sintonizar.
“Nuestras comunidades en el estado carecen de todas las herramientas tanto del acceso a tecnológicas como de habilidades para manejarlas, es un problema grandísimo al que nos estamos enfrentando” sostienen los maestros rurales quien a su vez dan cuenta de lo que la pedagogía indica:
“A esto sumamos que cada alumno tiene un nivel cognitivo distinto, una manera distinta de aprender, las estrategias variarán según su capacidad de recepción, algunos aprenden más por medio auditivo, visual o a través de la práctica. Al no estar en el aula y no conocer a los niños, no se puede analizar y atender de manera específica sus necesidades pedagógicas“.
Por su parte, el profesor Manuel tiene una tarea doblemente ardua, al ejercer educación multigrado tiene la responsabilidad de planear y diseñar actividades para dos grados distintos, tercer y cuarto año.
“Imagínense la gran tarea que me corresponde. siempre he cuestionado el por qué la Secretaría no ha diseñado libros especiales para escuelas multigrado y ahora con esta situación se confirma que ni la misma Secretaría de educación estaba preparada para esto, mucho menos los maestros”, dice el profesor.
Una vez que recopilaron la incertidumbre y el peregrinar de los padres para acceder y entender esta nueva modalidad educativa elaboraron cuadernillos para los próximos 6 meses, solo unos cuantos son los que pueden enviar evidencias, con otros será necesario viajar para hacer revisión.
“En los cuadernillos no solo tenemos que adecuar las actividades que ahí asignamos a las necesidades y capacidad cognitiva de nuestros alumnos, sino que ahora también se debe analizar y ajustar para que los padres, que ahora fungen como interlocutores lo entiendan. Los padres en estas zonas a lo mucho lograron tener secundaria, la mayoría solo cuentan con primaria trunca” relatan.
Los maestros lamentan que después de ser anunciado que los maestros no podrán reprobar a nadie, algunos padres se hayan desatendido de sus hijos, y enfatizan que la estrategia de ‘Aprende en Casa’ que está manejando la SEP “ allá en lo más recóndito de nuestra capital, no funciona”.
Asimismo, vaticinaron que las condiciones de rezago educativo empeorarán en el estado, pues se prevé que esta generación arrastre un déficit de conocimientos qué tal vez sea irreparable.
“La educación se dice erróneamente que es gratuita, cuando visitas los centros educativos y ves las condiciones de las comunidades te das cuenta de la realidad, te desanima, te frustra y uno tiene que aprender a lidiar con eso y a dar soluciones porque nuestra responsabilidad adecuar las formas de enseñanza”.
*Falta de interés y estrés en alumnos
La contraparte de esta historia la relata Verónica, ella es ama de casa y madre, tiene 2 hijas, la mayor cursa la licenciatura en la Centenaria Escuela Normal del Estado “Ignacio Manuel Altamirano”, la más pequeña cursa segundo de primaria al oriente de la capital.
Al compartir lo vivido los últimos 8 meses muestra un ceño de cansancio, esboza sonrisas que retratan la ironía del reto que vive a diario con sus hijas.
Mientras mira el reloj, relata los pocos momentos que convive con su hija mayor, pues asegura los días se han volcado hacia la cotidiana digitalización, las más de 10 horas frente a la computadora ya ha pasado factura, tanto en salud como en la economía, Verónica tuvo que contratar internet lo que es un gasto que debe asegurar mes con mes para que sus pequeñas continúen su educación.
“Ella está en el último año, así que también está haciendo sus prácticas profesionales y se enfrenta a esa situación de aprender y enseñar al mismo tiempo. A pesar de que está en casa, casi está todo el día en su computador; se queja mucho de dolores de espalda ”.
Con su hija menor convive un poco más, su profesor falleció casi al inicio de la pandemia y ahora quien asumió el cargo del grupo fue el director del plantel.
“El no deja mucha tarea y basa los ejercicios en los libros de texto, quien si se las ven difíciles son otras madres. A los del grupo de mi sobrina les dejan ver casi todo el día la televisión, los niños no prestan nada de atención, son las madres quienes los ven y casi que ellas hacen las tareas. Es muy desesperante enseñar y que los hijos no entiendan o no muestren interés” dice con gesto de frustración.
Comenta que a pesar de que su hija cursa en una escuela en zona urbana, la situación de marginación no dista de la que viven en zonas rurales pues en plena zona oriente de la capital del estado, hay decenas de mujeres que no saben leer ni escribir, mucho menos cuentan con un celular.
“Por eso ya, tanto los niños como los padres queremos que vuelvan a la escuela, los niños quieren convivir con sus amigos, los padres también para que puedan salir a trabajar sin ese pesar de dejar a los niños y de que uno aunque hace el mayor esfuerzo pues no les enseñamos igual, muchos padres ya están dejando de poner a estudiar a los niños, de todos modos dicen que no van a reprobar”, dice Verónica.