*Refutan también declaraciones del obispo y el gobernador.
Texto y fotografías: Bernardo Torres
Ayahualtempa, Gro., 15 de abril de 2021.- Fundadores y Coordinadores de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC-PF) refutaron la declaración del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que en esta zona hay seguridad permanente de la Guardia Nacional.
Al cuestionar en la conferencia mañanera al presidente sobre los «niños armados» de Ayahualtempa, respondió que es criminal armar a niños, incluso los comparó con traficantes.
Bernardino Sánchez Luna, uno de los Fundadores, dijo que el presidente habla a la distancia, sin conocer a pie el contexto de los pueblos de Zona Baja de la Montaña de Guerrero.
Invitó al presidente de la República, a que visite esta comunidad donde problemas de abandono histórico no han sido resueltos, como escuelas, maestros, clínicas y médicos.
Una patrulla de la Guardia Nacional, junto a una patrulla estatal, se encuentran en la localidad de Tula, no revisan ningún vehículo, y se mantienen replegados bajo unos techos de lámina improvisados, se limitan a saludar a quienes pasan.
Los integrantes de este retén no realizan recorridos en la carretera Chilapa-Hueycantenango, donde precisamente se encuentran puntos de peligro, donde convergen la policías comunitaria y el grupo delincuencial Los Ardillos.
Dijeron que desde hace un año solicitaron la instalación de una base de la Guardia Nacional entre Ayahualtempa y Hueycantenango, para que las comunidades puedan hacer compra y venta de sus productos.
Insistieron en que los únicos que hacen presencia son elementos de la Policía Municipal, pero es bien sabido que ellos son aliados de dicho criminal, por lo que debe ser otra instancia la que les brinde seguridad.
Ante las declaraciones del gobernador de que se ha cumplido con las demandas, dijeron que ninguna de las obras prometidas se han iniciado, ninguna de las aulas de los diferentes niveles educativos se han iniciado.
También respondieron al Obispo, Salvador Rangel Mendoza, quien los llamó «exhibicionistas», dijeron que el prelado no debe meterse en temas sociales, sino a los estrictamente religiosos, y desestimaron sus opiniones.