Texto: Jesús Saavedra
Chilpancingo, Gro. 12 de mayo de 2021.- El director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», Abel Barrera Hernández aceptó que la entrega de dotes nupciales en esa región se ha «mercantilizado» para que sea el dinero en efectivo el que decida sobre las niñas y obligarlas a casarse por un compromiso que realizan sus padres y que ha perdido la esencia de la cultura indígena en la región.
En la semana el periódico Reforma publicó en primera plana una nota informativa sobre la venta de menores de edad en la Montaña, las cuales son entregadas en matrimonio a cambio de dinero y que ha provocado que el gobierno del estado anunciara que en los próximos días realizarán acciones institucionales en esta materia en esa región.
Este miércoles en una conferencia de prensa virtual que ofreció Tlachinollan, le preguntaron al respecto al director de ese organismo, Abel Barrera quien aceptó que han atendido casos de menores de edad que a cambio de un dote económico las obligan a casarse.
Explicó que esa dote nupcial se entregaba en la Montaña de manera ancestral y que era en especie con maíz, frijol y animales como guajolotes, gallinas, puercos, como una ofrenda a la familia de las futuras esposas, pero que en los últimos años ha perdido esa esencia.
Barrera Hernández aceptó que se debe intervenir por «el pago de la dote que se ha traducido en dinero en efectivo, en estos casos donde se ha mercantilizado la dote en algunos pueblos donde el dinero manda lamentablemente», señaló.
Indicó que Tlachinollan ha tenido que intervenir en algunos casos «para proteger sus derechos de las niñas y garantizar que puedan hacer su vida segura, sin agresiones, sin presiones, sin obligarlas a atender compromisos que hayan realizado sus padres».
Aceptó que se trata de una tarea «muy difícil, porque sabemos que en este contexto de pandemia la crisis ha pegado a los pueblos indígenas, los usos y costumbres que tenían como marco de referencia la asamblea comunitaria de los pueblos se ha roto».
Barrera Hernández, subrayó que eso ha provocado que las niñas de la región de la Montaña se encuentren en una «situación de vulnerabilidad que las instituciones públicas del estado no han atendido, no han documentado y no han protegido sus derechos humanos de las niñas».
Dijo que han intervenido en varios casos, «para conciliar con los padres, pero ha sido difícil, las instituciones públicas tienen un trabajo muy grande y dejan en el abandono a las comunidades, a las niñas y a las mujeres de la región de la Montaña».
Agregó que los municipios donde más se acentúa ese fenómeno es en Cochoapa el Grane, Metlatónoc y comunidades indígenas Tlapa, «son lugares donde se acentúa la pobreza, la falta de atención y el analfabetismo lo que provocan esa vulneración de los derechos de las niñas», finalizó.