Texto y fotografías: Juan Blanco

Hueycantenango, Gro., 23 de julio de 2021.- Un ejército de policías comunitarios de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF), implementó un operativo para buscar por cerros y valles a presuntos sicarios del grupo delictivo «Los Ardillos» que, aseguran, en las últimas dos semanas han pretendido cercarlos e irrumpir en las comunidades de Chilapa y Hueycantenango que están bajo su control.

Sin embargo, tras más de 10 kilómetros de recorrido a pie no encontraron rastro ni presencia de los «delincuentes», pero la población de ambos municipios de la Montaña Baja está en alerta máxima y anunció que continuará con estas actividades de autodefensa, mientras efectivos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y elementos de la Guardia Nacional (GN) y de la Policía Estatal (PE) no les brinden seguridad.

Con rifles calibre 12, 18 y 22, terciados, y armas cortas calibre 45 y 38, fajadas, y otras más enfundadas, los ciudadanos se reunieron alrededor de las 7:00 de la mañana de este jueves en la comisaría municipal de Ayahualtempa, en José Joaquín de Herrera, desde donde partieron con dirección a los cerros boscosos y tupidos de matorrales y pinos y encinos verdes.

Un grupo de ellos liderado por Margarito Silva Hernández, coordinador regional de dicha organización comunitaria, caminó al menos 3 kilómetros junto con unos 60 elementos a su cargo, entre los cuales se encontraban algunos menores de edad y estudiantes que, aprovechando las vacaciones de verano, se incorporaron a este ejercicio militar.

Mientras esto ocurría, en Chilpancingo el mandatario estatal saliente Héctor Astudillo Flores y la gobernadora electa Evelyn Salgado Pineda, tenían su primer acercamiento en la sede del Recinto del Poder Ejecutivo, en el marco del proceso de entrega-recepción.

Su ruta vigilada fue: Olintepec-Tlalkuescomatl-Trino y hasta llegar al punto de reunión: Membrillo. Laderas, barrancos con mucha y otros con poca agua, terrenos lodosos que atascaban tus pies por las recientes lluvias, arbustos, sembradíos de maíz, fue por donde atravesó este puñado de policías comunitarios que estuvieron acompañados por perros.

Sin importar el también frío que se sintió en esa mañana y del rocío en el bosque que mojaron sus zapatos y pantalones cuando caminaron y bajo el riesgo de contraer una enfermedad o ser atacados por algún animal venenoso, los participantes se enfrascaron en la búsqueda de los integrantes de la célula criminal que los asedia.

El más claro ejemplo fue don Margarito quien, dejando sus actividades campesinas y algunas otras obligaciones diarias, se involucró en este pesado recorrido que te ponían a temblar los pies y sudar todas las partes de tu cuerpo y que te obligaba a tomar agua frecuentemente.

Calzando botas de hule y vistiendo un pantalón ligero y una camisa de manga larga y con un paliacate rojo atado a su cuello, Don Margarito «peinó», como él dice, todo el cerro plagado de maleza, buscando el rastro o alguna huella de sus contrincantes.

Él nunca despegó su dedo del gatillo de su escopeta por si habría que usarla en caso de encontrarse de frente con su objetivo; siempre se mantuvo a la expectativa, bajo el riesgo de ser el blanco para los sicarios que posiblemente estarían apostados y camuflados en los matorrales o árboles para no ser vistos. Y es que en algunos grupos delictivos es costumbre portar ropa tipo militar, a pesar del delito que representa.

No obstante, Don Margarito no halló nada y afortunadamente tampoco otro grupo de sus compañeros que realizó un recorrido de alrededor de 7 kilómetros en otra ruta diferente: Amatitlán-Hornito-Pocolnotlitl.

Una vez estando en Membrillo, el punto de reunión acordado, que se encuentra a un costado de la carretera estatal Chilapa-Hueycantenango, se pasó lista de asistencia a los policías comunitarios que participaron y algunos coordinadores pronunciaron algunas palabras del hecho y de agradecimiento.

Por ejemplo, Luis Morales Rojas integrante del Consejo Tradicional de Ayahualtempa, argumentó que este ejercicio de autodefensa se realizó ante los reportes de que el grupo delictivo «Los Ardillos» pretende entrar a las comunidades de Ayahualtempa, El Caracol y la colonia Los Pinos, que están bajo el control de su organización comunitaria.

Dijo que con esto se pretende justamente impedir la injerencia del «mal» a su territorio, en medio de la falta de seguridad por parte de la Guardia Nacional, Sedena y de la Policía Estatal y Municipal de Chilapa y de José Joaquín de Herrera (Hueycantenango).

«Estamos haciendo este peinado, como Casa de Justicia de Ayahualtempa, para que llegue a oídos del gobernador Héctor Astudillo Flores y del presidente Andrés Manuel López Obrador, porque en estos lugares estamos olvidados, aunque dice el gobierno que está haciendo su trabajo, eso es mentira», acusó.

Por su parte, el coordinador regional de la CRAC-PF, Margarito Silva Hernández dijo que desde hace varios años no pueden viajar hacia a la cabecera municipal de Chilapa y Hueycantenango, ante el temor de ser asesinados o desaparecidos como, aseguró, ha ocurrido con 15 de sus compañeros.

Dijo que ante la falta también de programas sociales como «Sembrando Vida» del gobierno federal, se han visto limitados en materia alimentaria y que para mitigar un poco estas carencias, se apoyan con lo que producen y cosechan ellos mismos.

No obstante, dijo que por el momento la exigencia es la presencia de las corporaciones policiacas y la instalación de una base de la Guardia Nacional en el crucero de Tlachimaltepec y en el punto conocido como Los Postes Negros.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: ¡Contenido protegido!