Texto y fotografías: Fabiola Ramos Gallo
Acapulco, Gro., 10 de enero de 2022.- Los 100 días críticos en los que la alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez se comprometió a transformar las principales problemáticas de uno de los municipios más importantes del estado se convirtieron en un desastre.
Después de asumir el cargo el pasado 30 de septiembre, la Presidenta constitucional se ha encargado de culpar a diestra y siniestra a su antecesora morenista, Adela Román Ocampo de la crisis que enfrenta la actual administración.
«Yo no vine a robar» ha sido la palabra emblema de quien ya ha pedido préstamos en 3 meses que suman al menos 300 MDP aumentando la deuda pública.
Y es que su característica personalidad arrogante no le ha permitido ver los errores que giran alrededor de su administración, los escándalos cada vez son mayores y la basura parece un asunto incontrolable que, pese a la adquisición de camiones recolectores con los cuales se endeudó y sin embargo, el tema se le ha salido de las manos.
Por otro lado, la falta de agua potable sigue latente; sin embargo, consta que a sus allegados les ha enviado pipas de la misma CAPAMA hasta la puerta de sus casas para evitar carezcan del vital líquido.
Ha pasado del «no tengo ni para comer» a tener celebraciones en los más lujosos restaurantes del puerto como lo son la Mansión y Suntory.
Pero qué se puede esperar de quien a la primera oportunidad de cambio echó por la puerta trasera a su Secretario de Finanzas, Ángel Octavio Cisneros, mismo que le puso alfombra roja durante su campaña y apostó todo por nada.
La captura de reflectores del empresario, despertaría el instinto ególatra de la Presidenta, pues bien es sabido que no permite que se le contradiga o se le cuestione.
Esto ha sido constatado cuando en un ataque de ira reprochó a los reporteros por realizar nuestra labor que es meramente informativa, su molestia fue que se hablara «mal de Acapulco» respecto a la violencia -que también parece imparable- entonces lanzó un segundo reproche «a ver de qué vamos a comer, porque todos necesitamos del turismo».
En un arrebato que ni su propio Director de Comunicación Social, Octavio León pudo evitar ante su lenta actuación, finalmente de manera muy coloquial López Rodríguez confrontó a la ciudadanía con la prensa, acto en donde al menos 2 reporteros fueron golpeados por la espalda.
Del problema de desemboque de aguas negras, es mejor no hablar. Como el pípila es la piedra que lleva sobre sus hombros la alcaldesa, las corrientes de aguas pestilentes de color turbio que desembocan en la bella Bahía de Santa Lucía parecen no tener fin, pero qué importa si los turistas siguen llegando al puerto y hasta bañándose en las mismas.