Texto: Bernardo Torres Morales
Fotografías: Eric Chavelas
Chilpancingo, Gro., 27 de enero de 2022.- En las aulas promovió la justicia social recorriendo los pueblos de la Sierra, cuando la inseguridad se adueñó del Valle del Ocotito no dudó en tomar las armas; así fueron sus últimos minutos de vida la tarde de este miércoles cuando fue privado de la vida el profesor, Mario Zamora Maldonado.
Con granadazos, armas de grueso calibre y más de 100 hombres con equipo táctico en camionetas blindadas, sólo así pudieron acabar con su vida y la de otros tres policías comunitarios más.
El profesor Mario Zamora fue egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa y actualmente daba clases en la Escuela Primaria «José María Morelos y Pavón» en el poblado del Ocotito.
En 2013 encabezó en el Estado de Guerrero las protestas en contra de la Reforma Educativa que impulsó el presidente Enrique Peña Nieto.
Junto con otros maestros fue conocido por formar parte de la avanzada de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), que encaraba los contingentes de policías federales antimotines.
En 2014, estalló la violencia en la entidad, provocando el surgimiento de policías comunitarias y grupos de autodefensa, primero en la Región de la Costa Chica, mismas que se extendieron a la Región Centro.
Desde el inicio, Mario coordinó las acciones de autodefensa en la localidad de Buenavista de la Salud, bajo las siglas de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), donde resistieron al menos cinco ataques armados.
A pesar de la lucha por la seguridad en contra de los grupos armados que asolaron el valle durante varios años nunca abandonó su profesión y siguió impartiendo clases, hasta en los últimos tiempos con la pandemia por el Covid-19.
En defensa del territorio amplió su visión sobre la cultura y organización comunitaria complementó la lucha magisterial y popular, trascendiendo dogmatismos y sectarismos propios de algunas visiones fundamentalistas y extremistas de la lucha social.
Hoy organizaciones estudiantiles, sindicales y sociales, lamentaron la partida del líder social «un gran compañero, un gran camarada, un gran maestro, un gran normalista, un gran amigo, congruente y consecuente con sus principios y valores» se pudo leer en diferentes espacios.
En varias ocasiones manifestó que no iba abandonar el movimiento por más adverso que fuera, y como fue murió en la línea de batalla, defendiendo con su vida a sus elementos y las familias de la comunidad.
Esta vez lo lograron, dos camionetas blindadas irrumpieron en la base, con una granada pusieron en apuros a Zamora Maldonado, aún así se puso en pie, tomó su cuerno de chivo, y dio batalla herido por más de 40 minutos.
Gravemente herido intentaron llevarlo a un hospital para su atención médica, ya no logró llegar y en el camino perdió la vida.
Miles de casquillos tirados sobre la carretera federal México-Acapulco, son testigos de la magnitud del enfrentamiento que acabó con la vida de cuatro policías comunitarios, y otros tres presuntos sicarios que fueron abatidos.
«Fue un normalista comprometido con su profesión, docente honesto, gran compañero y camarada, consecuente con sus principios y hombre a carta cabal», se lee en muros y publicaciones.