Texto: Juan Blanco

Fotografía: Archivo

Chilpancingo, Gro., 24 de agosto de 2022. – El obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza señaló que el asesinato del periodista guerrerense Fredid Román Román, ocurrida en esta ciudad capital el pasado lunes 22, pudo haber sido cometido por un grupo armado que domina tanto en el poblado de El Ocotito como en la cabecera municipal, Chilpancingo.

Dijo que el gobierno de Guerrero que preside la morenista Evelyn Salgado Pineda, y la Fiscalía General del Estado, cuya titular es la teniente coronel Sandra Luz Valdovinos Salmerón, ya saben de quién se trata, pero recriminó que no quieren actuar.

Entrevistado este día para conocer su opinión acerca del homicidio del reportero, Monseñor manifestó que «desgraciadamente se están dando estos crímenes (como el otro día balearon al sacerdote), y ahora al periodista desgraciadamente lo mataron».

Recordó que apenas en julio también mataron en El Ocotito a su hijo Bladimir Román. Cabe mencionar que en el lugar también acribillaron al secretario del Comisariado Municipal, Bertín «N».

Reprochó que esta violencia se está registrando a pesar del reforzamiento de la seguridad en esta zona de la región Centro por parte de la Policía Estatal, Guardia Nacional, Ejército Mexicano e incluso de la Secretaría de Marina.

Externó que la mayoría de los crímenes de comunicadores tienen que ver con su labor periodística: «se exponen mucho porque cuando declaran la verdad tocan a mucha gente y es cuando van contra ellos», señaló. 

En el caso de Román Román, dijo: «Yo lo único que les pudiera decir por la experiencia que tengo, creo que esto viene desde Ocotito, el asesinato. Simplemente pregunten: ¿Cuál es el grupo que domina El Ocotito o cuál es el grupo que domina Chilpancingo? Para mí esa es una pista», consideró.

Dijo que «la misma fiscalía, el mismo gobierno saben quiénes son, dónde están», pero recriminó que no quieren actuar. «Yo creo que es una protección muy aparente, muy por encima…».

El clérigo manifestó que «hay que respetar la vida de quien sea, y desgraciadamente estamos en este estado de Guerrero muy bronco y a veces queremos cambiar la conciencia, la verdad, a balas, y esto no es justo».

El Valle de El Ocotito está bajo el control de la Policía Comunitaria de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG), quien mantiene retenes en la carretera federal México-Acapulco.

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