*Familia y vecinos sepultan a don Ezequiel, padre de uno de los 43 de Ayotzinapa.
Texto y fotografías: Bernardo Torres Morales
El Pericón, Tecoanapa, Gro., 30 de agosto de 2022.- Ezequiel Mora Chora, padre del normalista desaparecido, Alexander Mora Venancio no murió de un infarto, murió por broncoaspiración, en condiciones extrañas, dijo la familia durante su sepelio este martes en El Pericón, Municipio de Tecoanapa, Guerrero.
«No moriste, te mataron hermano, los que hicieron esto tienen hijos y lo van a pagar», dijo una de sus hermanas cuando el féretro estaba a punto de bajar a la tumba en el panteón del pueblo.
El señor Ezequiel Mora Chora murió en el hotel «Vida del lago», propiedad del empresario Pedro Segura Valladares, a lado de una presa en el Municipio de Tepecoacuilco.
Iba asistir a una marcha a favor de la familia Abarca, que se encuentran presos por el caso de los 43, pero debido a que estaba mal de salud ya no pudo acudir.
Sus hijos desconocían esa reunión, a la que incluso acudirían algunos padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, y mucho menos que participarían en la marcha a favor de la familia Abarca.
En fin, su hijo Hugo, dijo que a él no le importa ningún antecedente, pues él conoce la lucha que llevó su padre por la presentación de su hijo Alexander Mora Venancio, incluso después de su presunta identificación por restos de huesos en la Universidad de Innsbruck, Austria.
Este martes don Ezequiel fue despedido por sólo familiares y amigos, no acudió ninguna organización social, no acudieron ninguno de los padres y madres de los 43, el Centro Tlachinollan tampoco hizo presencia, activistas ni estudiantes de Ayotzinapa.
Hugo, hijo de don Cheque dijo que la comunidad solventó todos los gastos, les regalaron un puerco, carne de res, gallinas y despensas, como lo son arroz, frijol y otras cosas.
Dice Hugo, que no le tiene rencor a nadie que no haya venido, pues sus razones no coinciden con lo que hoy reflejó la población de esta localidad.
«Es feo que nadie de ellos [padres y madres de los 43] no hayan venido, pero ya no tiene caso, al fin mi papá ya no está», dijo con indignación.
El sepelio se llevó a cabo con presencia de al menos 300 personas, un pueblo completo que lo despidieron, reconocieron el trabajo que realizó por el pueblo.
Alrededor de las 04:00 fue finalmente sepultado, bajo el reclamo de justicia, «alguien lo llevó, alguien lo mató» gritó la familia presente.