No hay agua ni drenaje; tampoco escuelas ni centros de salud en el lugar donde los reubicaron del municipio de Eduardo Neri
Bernardo Torres Morales
Chilpancingo, 12 de septiembre 2023.- Este 13 de septiembre se cumplen 10 años del desastre natural que provocaron los fenómenos meteorológicos «Ingrid» y «Manuel» y la reconstrucción del estado de Guerrero no se ha concluido. Este es el caso del Fraccionamiento Nuevo Balsamar, construido para reubicar a 210 familias de la comunidad de El Balsamar del municipio de Leonardo Bravo, donde hasta la fecha viven sin ningún servicio básico.
Hace seis años, luego de una larga espera les fueron entregadas sus viviendas en un predio ubicado en el municipio de Eduardo Neri, a unos 10 minutos de Chilpancingo, pero sólo 80 familias se asentaron ahí.
Hoy sobreviven con todo tipo de carencias, pues ni el municipio de donde son originarios ni el municipio donde fueron reubicados los reconoce como localidad y por consecuencia, no pueden acceder a obras de infraestructura.
El comisario Bulmaro Cayetano Mosso dijo que desde que llegaron al Nuevo Balsamar han estado en constantes gestiones ante el gobierno del estado y federal, tanto en Guerrero como en la Ciudad de México, sin obtener ningún avance.
Al no contar con red de agua de potable, las familias deben comprar prácticamente cada semana un tinaco de agua que les cuesta 150 pesos, y en esta temporada captar el agua de la lluvia.
No cuentan con red de drenaje, por lo que tuvieron que recurrir a la construcción de fosas sépticas.
Los accesos carreteros y calles están sin pavimento, por lo que cuando no llueve y hay viento se levantan fuertes polvaredas que han ocasionado graves brotes de enfermedades respiratorias en niños y adultos.
Para ir a las escuelas improvisadas, deben caminar en el polvo el monte y el lodo, incluso expuestos a picaduras de alacrán o mordeduras de víboras, entre otros peligros.
Dijo que actualmente hay muchos casos de gripe, tos y fiebre, que se agravan porque en la comunidad no hay centro o casa de salud, y por lo tanto no hay médicos ni medicinas y tienen que ir a Chilpancingo para atender sus enfermedades.
En localidad sólo hay un aula construida para el nivel preescolar; están en construcción dos más para primaria, mientras que la telesecundaria está instalada en una casa prestada que pronto tienen que desalojar porque el propietario ya la está requiriendo.
Las clases se toman en una galera sin piso ni paredes, donde padecen las inclemencias del tiempo, el calor, el viento y la lluvia, mientras que las actividades recreativas se realizan al aire libre.
Las 80 familias que habitan salieron del Balsamar luego de perder su patrimonio; las casas donde ahora viven aunque no cuentan con las condiciones son el único lugar que tienen para vivir.
Por ahora siguen a la espera que se cumplan las promesas por parte del gobierno federal y que el gobierno del estado y de Eduardo Neri volteen a ver su situación.