El botón de pánico no funcionó, corporaciones policíacas llegaron dos horas después, asegura tras refugiarse en Ayotzinapa
Texto Bernardo Torres Morales
Chilpancingo, 18 de octubre de 2023.- Tras el ataque que sufrió y del que salió ileso, el sacerdote José Filiberto Velázquez Florencio, director del Centro de Atención a Víctimas de la Violencia «Minerva Bello», afirmó que los mecanismos de protección a periodistas y defensores de Derechos Humanos, estatal y federal, no funcionan.
Tras interponer la denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado (FGR), exhibió que el denominado «botón de pánico» que le asignó la Secretaría de Gobernación federal como parte del mecanismo de protección no funcionó, pues las corporaciones policíacas llegaron dos horas después.
Luego del ataque ocurrido cerca de su domicilio cerca de la medianoche del martes, al asegurarse que ya los agresores se habían retirado, corrió hacia Tixtla durante 15 minutos para buscar refugio en la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa «Raúl Isidro Burgos», donde fue resguardado por los estudiantes.
Desde la escuela normal intentó contactar con el Mecanismo de Protección y después de dos horas arribaron corporaciones policiacas y elementos de la Fiscalía General del Estado, por la mañana le dieron acompañamiento a Chilpancingo.
Calificó este hecho como un atentado por la labor que realiza en defensa de los derechos humanos; no descartó que se trate de una agresión por parte del crimen organizado que se ha incomodado luego del acompañamiento que ha brindado a comunidades desplazadas del municipio de Heliodoro Castillo.
Velázquez Florencio señaló que ya había recibido amenazas, aunque no de manera directa se había enterado de algunos señalamientos. «Sí he sabido que incomoda mi labor».
No señaló en específico a algún grupo pero recalcó que está realizando labores de acompañamiento en zonas de la entidad donde operan tres grupos diferentes.
Sobre la fiscal Sandra Luz Valdovinos, dijo que la última vez que le planteó su situación, la respuesta fue que abandonara el estado y el país; «me dijo que ella no podía defenderme nada más a mí y entonces, aquí están las consecuencias de nuestra labor».
Sin embargo el líder religioso expuso que no ha pensado en abandonar el estado, ni mucho menos abandonar su labor; «si ella no lo asume (la fiscal), yo asumo el riesgo de la labor que realizo, que no debería ser así pero lamentablemente vivimos en un país donde defensores y periodistas estamos a merced de la delincuencia».
Finalmente, expuso que aunque no confía en la FGE, interpuso su denuncia para que quede antecedente de lo que pasa en el estado. Por ahora, se le asignará seguridad permanente hasta que se formalicen las medidas cautelares.