Después de la inundación, la glorieta de la Diana cazadora era un montón de escombros y su fachada era irreconocible; igual ocurrió con el Campo de Golf

Texto Bernardo Torres Morales
Acapulco, 26 de octubre de 2023.- La destrucción que dejó el paso del Huracán «Otis» por el Puerto de Acapulco lo dejaron convertido en una ciudad apocalíptica: sin energía eléctrica, telefonía, agua potable, miles de árboles derribados e innumerables daños en hoteles y negocios.
En toda la franja turística casi ningún hotel se salvó de la furia de los vientos; ventanas y puertas se desprendieron precipitándose sobre vehículos estacionados sobre la Avenida Costera.


Desde la mañana del miércoles, todo el municipio de Acapulco, así como las regiones de Costa Chica y Costa Grande, amanecieron sin energía eléctrica y llevará varios días de arduo esfuerzo para que el servicio se restablezca.
La Costera amaneció prácticamente intransitable; cientos de árboles obstruían los cuatro carriles. Había láminas de cartón y otras de aluminio que volaron de los techos, así como vehículos volcados, lodo y escombro que arrojó el mar, conformaban el nuevo paisaje urbano.


La escena era apocalíptica: destrucción por todos los puntos cardinales. Por la tarde, recorridos del Ejército mexicano abriéndose pasó entre los escombros permitió que la gente empezara a salir de sus casas.
La autopista Metlapil y el bulevar de Las Naciones hasta en la noche seguían con inundaciones de hasta un metro de altura, donde cientos de automóviles quedaron varados.


Los sitios emblemáticos de este destino turístico quedaron irreconocibles; en la zona Icacos, las ceibas históricas fueron arrancadas de raíz por los fuertes vientos; también los anuncios espectaculares del Centro de Convenciones se vinieron abajo.
Después de la inundación la glorieta de la Diana cazadora era un montón de escombros y su fachada era irreconocible; igual ocurrió con el Campo de Golf, el cual quedó convertido en un cementerio de árboles.


El recién remodelado Parque Papagayo fue totalmente arrasado, el zócalo no fue la excepción: sus árboles y negocios icónicos fueron alcanzados por el mar. Lanchas, barcos de pesca y yates fueron hundidos por las olas en el malecón.
La mañana de este jueves, la ciudad amaneció completamente apagada; ningún edificio lucía atractivo y los escombros permanecían sobre calles y avenidas.


La cotizada Zona Diamante fue reducida a escombros, desde el más pequeño negocio hasta el más grande, sus costosos hoteles y condominios corrieron la misma suerte.
Ni en la zona turística ni la zona rural tienen transporte público, por lo que habitantes y turistas varados tienen que caminar durante horas en busca de un lugar donde adquirir víveres.


Al mediodía del jueves, personal del Ejército mexicano, Marina y Protección Civil del Estado iniciaron el retiro de árboles de las avenidas, tanto en la zona costera como en la zona rural.
Al cierre de edición, las autoridades de los tres niveles no han dado a conocer la evaluación de los daños, debido a que no han logrado acceder a muchos sitios.

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