Texto y fotografías: Jesús Saavedra

Acapulco, Gro. 29 de octubre de 2023.- La bahía de Acapulco está llena de historias y simbolismos que han llevado a este bello puerto a una parte importante de la vida de nuestro país, la ceiba más vetusta de este paradisiaco lugar sucumbió a los vientos de “Otis” y de tajo arrancó más de 500 años de historia, de un sitio en común desde donde se empezó a construir este bello lugar de Guerrero.

Es una ceiba que resistió de todo y contra todo, ya no pudo luchar contra la fuerza desmedida de un huracán categoría 5 y hoy yace tendida al fondo de la Costera de Acapulco.

Escribo sin tener pleno conocimiento de la historia de Acapulco y en medio de esta devastación nos encontramos a don Miguel Molina, llorando al pie de las raíces que despegó este huracán.

Don Miguel y varias personas en común de redes sociales, nos señalan la simbología de esta majestuosa ceiba de Acapulco y sus raíces como pueblo, como puerto y que contempló su fundación, su crecimiento y su esplendor como uno de los principales destinos de playa de nuestro país.

Vencida sobre la principal avenida de Acapulco, la ceiba parece recordar el día que nació este puerto. En torno a ella, nos explican, se empezaron a habitar Icacos, la zona que conocemos como Las Brisas y a un costado de donde está tendida la Zona Naval Militar.

“Estamos hablando de más de 500 años de esta ceiba, 500 años que vio pasar muchas cosas y muchas historias. Es una ceiba que es nativa de Acapulco, que vio fundarse y que vio crecer a este maravillosos lugar”, explica don Miguel, quien lleva en una mochila una rama de esta ceiba para enmarcarla y guardarla como un recuerdo viviente de este puerto.

Lo encontramos de casualidad, nos llamó la atención verlo suspirar y lamentar lo que estaba viendo, “es una pérdida irreparable para Acapulco, es emblemática esta ceiba, era un referente de los nativos de este pueblo, de los navíos que empezaron a llegar al puerto, es irreparable”.

En su circunferencia esta ceiba tiene cuando menos 30 metros de diámetro y está tendida frente al majestuoso hotel Presidente, a 20 metros del acceso a la Zona Naval del puerto.

A un costado hay agentes de la Guardia Nacional que dan circulación a la costera en el acceso desde la avenida Escénica, “esta ceiba representa el principio y el final de Acapulco, no se puede entender al puerto desde este sitio, aquí nació la historia de Acapulco”.

Don Miguel es un habitante del puerto desde hace 35 años y se ha encargado de recopilar la historia y se soltó a llorar cuando le preguntamos cómo está Acapulco después de este desastre, “¡Es horrible y mira que soy fuerte, mira que soy fuerte cabrón, nos dio en la madre, nos dio en la madre, pero menos en la voluntad y la fuerza de Dios que nos tiene vivos, nuestras familias están bien, pero sí es doloroso ver esta vida de un lugar al que queremos, donde vivimos y donde nos vamos a quedar para salir adelante!”.

No duda en decirle a sus vecinos de Acapulco, “¡Vamos con mucha fuerza!, estamos de pie, estamos arriba, hemos sufrido muchos golpes, muchos golpes. El Acapulqueño no se dobla. El Guerrerense no se dobla y tiene mucho corazón y tenemos que salir adelante, es uno de los lugares más bonitos que ha existido, es nuestra bahía más hermosa del mundo y tenemos que salir adelante”.

En medio de este desastre, don Miguel comparte unas manzanas con varios compañeros y aunque desistimos en un principio de recibirlas, ante la escases de alimentos en Acapulco, nos obligó a recibirlas y a decirnos que es reciproco el dar y que hoy más que nunca así como compartió un bocado de alimento, los Acapulqueños, los Guerrerenses que no se doblan, nos necesitan “¡Unidos vamos a vencer, unidos venceremos, la unión hace la fuerza. Guerrero está de pie y si nos echan la mano y si nos quieren ayudar, adelante!”.

Justo donde cortó el aire del huracán la ceiba, quedaron las raíces de este vetusto árbol, alguien colocó en sus raíces una virgen, asombra ver la devoción de alguna persona y de su fe en pensar que pronto Acapulco renazca de sus raíces y así será, así será, nos dice don Miguel antes de despedirnos,

Así como don Miguel, logramos conocer historias de doña Leti en la Luis Donaldo Colosio; de don Francisco en Ciudad Renacimiento; de don Enrique en La Periodistas y la petición es la misma, necesitan de agua y de comida. No hay lugar del puerto donde no haya necesidad de atención y de decirles a todos que están de pie y trataremos de estar a su lado, es lo menos que podemos hacer…

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: ¡Contenido protegido!