Atienden petición de habitantes de la colonia Francisco Villa de personas que siguen buscando a sus seres queridos

Texto Jesús Saavedra

Acapulco, 8 de noviembre de 2023.- Desde el viernes de la semana pasada, agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) realizan actividades de búsqueda de personas desaparecidas tras el impacto del huracán Otis en la colonia Francisco Villa que se encuentra cerca de la zona de hospitales y debajo del conjunto habitacional del Infonavit.

Es esta colonia popular del puerto de Acapulco, la fuerza del huracán arrastró enormes piedras, tierra y lodo. De eso hay constancia en lo que es la avenida Constitución, en donde hay un centenar de viviendas afectadas y otro número similar de automóviles que arrastró la corriente.

En este lugar, como en la mayoría de colonias del puerto, no hay electricidad aún; a marchas forzadas, trabajan lo mismo brigadas de la CFE para restituir el servicio y otras brigadas que retiran escombros y van buscando a personas desaparecidas.

En este punto se desplegaron desde el viernes 3 de noviembre un grupo de búsqueda de la FGE con binomios caninos, a petición de habitantes de esta colonia de personas que siguen buscando a sus seres queridos. Uno de ellos es Francisco, un bolillero que por necesidad salió a trabajar el martes 24 de octubre antes de le llegada del huracán y no lo encuentran.

Doña Velia Román narra que sobrevivió al huracán porque tuvo que salir de su casa antes porque tenía un familiar internado en el hospital “Donato Miranda” de Ciudad Renacimiento; “allá me tocó y si no, no la contara, aquí estuviera enterrada, en medio de este desastre”.

Narró que por eso sobrevivió; en el recodo de su vivienda se arremolinó el lodo, piedras y carros. “Hacia arriba están las casas de mi hija, de mi hijo, sus carros están destrozados y ahorita recibimos ayuda de particulares, pero en mi caso, de un hijo que vive en Chilpancingo”.

Poco más arriba de esta avenida, hay una colonia que identifican como Juquilita; “ahí murieron seis miembros de la familia: la señora, sus dos hijas, sus tres nietos” y que la preocupación es que familiares de los familiares de don Francisco no aparecen y otros vecinos más.

Explica que por eso han pedido la ayuda de la búsqueda de personas a la FGE; “dicen que hay unos enterrados, esperemos que no, que no encontremos más y somos afectados, somos gente sin techo, sin hogar y esperamos que nos ayuden. En la historia de mis 75 años es la primera vez que he visto eso, no con el (huracán) Paulina. No, con Paulina fue pura agua y esto que estamos viendo, es una cosa que no lo habíamos visto y por eso debemos ser pacientes, todo Acapulco está así”.

Doña Velia agradeció la atención del servicio de Salud en la crisis durante y después del huracán en Renacimiento; “son unos caballeros que estuvieron trabajando a su responsabilidad”.

La entrevista de doña Vilma, se realizó en la avenida Constitución, rumbo hacia la colonia Juquilita, en la esquina con avenida Campesino, ese es un codo de donde inició la devastación de esa zona del puerto.

En ese lugar la avenida del río se juntó en una primera ocasión en el momento más difícil del huracán, así lo dicen los testimonios de los vecinos y la evidencia física: en ese lugar hay cuando menos ocho automóviles apelmazados por la fuerza del agua que escurría de una de las zonas más altas de Acapulco.

Esa constancia física se comprueba unos 20 metros más abajo, en donde el caudal de grandes rocas y tierra hicieron una especie de tapón, que evitó una desgracia mayor. A mitad de esa trayectoria se estancaron unas rocas de más de 10 metros y provocó la acumulación de residuos que bajaron desde esa franja del cerro de El Veladero que cruza todo Acapulco. Lo hizo sin piedad, sin fijarse en la condición social.

En lo que fue la avenida trabaja una retroexcavadora de la Secretaría del Agua “Grupo Tlaloc” del gobierno del Estado de México, que está retirando escombro de piedra, lodo y carros. En ese retiro de esos escombros participa desde el viernes un grupo de la FGE con un canino experto en recuperar cuerpos a petición de los colonos y lo realizan con mucho cuidado para detectar alguna persona sepultada.

A lo largo de unos 100 metros de lodo y piedras, los vecinos siguen buscando a sus desaparecidos, en un esfuerzo incansable por tratar de encontrarlos.

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