Combaten las llamas voluntarios de Azinyahualco, El Tejocote, Palo Blanco, Acahuizotla, El Fresno, así como brigadas de la Semaren, la Conafor, Protección Civil del estado y bomberos de Chilpancingo
Texto Bernardo Torres Morales
Chilpancingo, 23 de abril de 2024.- Durante seis días, el Cerro del Alquitrán está bajo fuego arrasador, un incendio forestal que hasta este martes ha consumido cerca de 2 mil hectáreas de bosque de pino, oyamel, ayacahuite y encino.
Las acciones del gobierno para atender este desastre natural fueron tardías, así lo han denunciado comisarios de Azinyahualco y El Tejocote.

Para combatir este siniestro participan voluntarios de las comunidades de Azinyahualco, El Tejocote, Palo Blanco, Acahuizotla, El Fresno, así como brigadas de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semaren), la Comisión Nacional Forestal (Conafor), Protección Civil del estado y bomberos de Chilpancingo.

Hombres, mujeres y niños de esas comunidades se han sumado a las tareas de sofocar las llamas; apoyando a la apertura de guardarayas, repartiendo agua y bebidas hidratantes, así como comida y tortillas a los voluntarios.
La zona siniestrada es donde nacen los principales manantiales que abastecen de agua a la capital, como el sistema Peña Rajada y Acahuizotla, además los que abastecen a Mazatlán y Palo Blanco.
En la parte alta del Cerro del Alquitrán, alrededor de 50 pobladores de Azinyahualco están esforzados en frenar el incendio a fin de que no llegue a su ejido; incluso, han dormido en el Cerro.

En la parte baja hay habitantes de Acahuizotla y Palo Blanco, que en coordinación con integrantes de corporaciones policíacas contienen el incendio que ya se encuentra en la orilla de la carretera federal México-Acapulco.
En Chilpancingo, voluntarios como el ingeniero Alejandro Solano, originario de Llanos de Tepoxtepec, ha gestionado víveres, los cuales ha llevado hasta la zona del desastre con recursos económicos propios.
