Los problemas inician cuando el costo del financiamiento no puede ser reintegrado por el acreedor. Esto sucede por múltiples razones
Texto Carlos Marx Ramos Barbosa
Las deudas son compromisos financieros que pueden afectar tu estabilidad económica, en el desafío financiero puedes aprender a enfrentar las deudas y tomar el control de tu vida financiera.
¿Qué es una deuda? Una deuda es una obligación de devolver algo. En el caso específico de las deudas financieras, son obligaciones de reintegrar el dinero prestado más los intereses que conlleva el tiempo que tomó hacer la devolución. Las deudas tienen condiciones que son pactadas antes de la adquisición de la obligación.
El que ha pedido dinero prestado es conocido como deudor y quien ha prestado el dinero es conocido como acreedor.
¿Para qué contraer una deuda? Cuando requieres de financiamiento, pues no cuentas con el suficiente efectivo para comprar un bien o servicio en ese momento. Cuando una deuda es bien manejada, es un vehículo para aumentar tu patrimonio, ya que te permite financiar en el tiempo las compras de bienes que, de otra forma, tendrías que esperar mucho para tener.
¿Cómo se sale de control una deuda? Los problemas inician cuando el costo del financiamiento no puede ser reintegrado por el acreedor. Esto sucede por múltiples razones, pero las dos más comunes son que la deuda ha superado tu capacidad de endeudamiento y, la otra, es cuando tus ingresos disminuyen y por lo tanto no puedes continuar realizando los pagos.
¿Qué es la capacidad de endeudamiento? Se trata de la posibilidad de generar ingresos suficientes para cumplir con las obligaciones de deuda y seguir manteniendo el mismo estilo de vida, es decir sin sacrificar nada. Cuando superas tu capacidad de endeudamiento puedes buscar generar más recursos, redistribuir tus ingresos (aunque signifique cambiar tu estilo de vida), tratar de renegociar la deuda o solicitar un nuevo préstamo que te ayude a pagar el otro, como puede ser el caso de una hipoteca.
¿Cómo calcular la capacidad de endeudamiento? Para saber cuál es tu capacidad de endeudamiento es necesario que conozcas exactamente el monto de tus ingresos mensuales y después calcules el monto de tus gastos fijos. Luego, deberás restar los gastos fijos a tu presupuesto mensual y el resultado multiplicarlo por 0.40.
La idea es que conozcas cuál es el 40 por ciento de tus ingresos después de quitar los gastos fijos, ya que no es recomendable que excedas ese porcentaje de ingresos mensuales para cubrir tus obligaciones financieras.
¿Qué consideraciones debes tener antes de endeudarte? Las deudas suelen ser muy útiles para acelerar el crecimiento de tu patrimonio, pero debes tener en cuenta los recursos presentes y futuros con los que contarás, es decir, conocer tu presupuesto y procurar no sobrepasar tu capacidad de endeudamiento.
¿Existe la deuda buena y la deuda mala? Muchos asesores financieros te explicarán que existe «deuda buena» y «deuda mala». Se trata de la distinción entre las consecuencias que tiene la deuda, pues se cree que la deuda mala es aquella que te empobrece, mientras que la deuda buena es la que te ayuda a incrementar tus activos financieros.
Por ejemplo, comprar una computadora que no necesitas (aunque sea a meses sin intereses) es una deuda que te empobrece. Por otro lado, una deuda que tomas con la idea de invertir y sacar un rendimiento de ella es una buena deuda porque aunque debas pagarla, los rendimientos te permiten hacer crecer tu patrimonio.
¿Qué pasa si dejo de pagar mis deudas? No todo tiene que ver con un mal entorno económico, puede ser que tengas un bache financiero o que te quedes sin trabajo; en esos casos es muy fácil caer en la tentación de no pagar las deudas.
Sin embargo, existen varios problemas que te puede traer esta situación:
Aumento de la deuda. Lo primero que sucede es que aumenta tu deuda porque los intereses comienzan a acumularse, pero también se incrementan las comisiones y los cargos extras por la tardanza en los pagos. Si dejas de pagar, los intereses harán que la deuda se vuelva muy difícil de cubrir.
Mala calificación crediticia. Una de las consecuencias inmediatas es la mala calificación de crédito en cualquiera de las instituciones encargadas de llevar este registro, como el Burò de crédito y el Círculo de Crédito. Todas las personas que tengan algún producto financiero tienen la información referente al comportamiento de sus cuentas en un documento que se llama “historial crediticio”. Ahí está el registro de tu comportamiento, es decir si pagas, cuánto pagas y cómo te comportas. Todo lo que hagas suma o resta puntos a tu calificación final que se usa para saber qué tan buen cliente financiero eres.
No poder acceder a otros productos financieros. El verdadero problema de tener una mala calificación en el Buró de Crédito o en el Círculo de Crédito, es que esa información se usa como referencia de consulta antes de otorgar un producto financiero, por lo que si tienes una mala calificación, puedes olvidarte de los créditos hipotecarios, los automotrices, las tarjetas de crédito o los préstamos personales.
Todos los bancos tienen acceso a esa información, por lo que no puedes cambiar de banco para tratar de obtener un nuevo crédito. Sin embargo, es una calificación dinámica, por lo que si empiezas a pagar o liquidas la deuda, tu calificación mejora.
Tipos de productos con deuda. Los productos financieros funcionan de manera similar: te prestan una cantidad y tienes un plazo para devolver el dinero, con el añadido de los intereses que se hayan generado en el lapso que haya pasado.
Sin embargo, todos son diferentes, ya que existen productos de crédito para resolver distintas necesidades y aunque todos tienen un funcionamiento similar, tienen características específicas.
Crédito hipotecario. Suelen ser créditos a muy largo plazo, es decir más de 5 años, puesto que las cantidades de dinero que prestan son mayores, ya que los bienes inmuebles tienen valores altos. A los créditos hipotecarias hay que agregarles componentes como seguros de vida que se incluyen en el precio del crédito u otros accesorios que puedes agregar. Otra diferencia principal es que para que te otorguen un crédito hipotecario tendrás que mostrar cuál es el inmueble que quieres adquirir y tener una buena cantidad de dinero ahorrado para pagar el enganche.
Créditos automotrices. Son créditos para la compra de automóviles. Al igual que con los créditos hipotecarios tienen un fin definido y se requiere tener un enganche. Las tasas de interés suelen ser competitivas, puesto que hay muchas instituciones que ofrecen productos similares.
Créditos personales, de nómina o sin aval. Puedes usar este tipo de créditos para lo que sea, ya que no están atados a la compra de un bien. La idea de este tipo de préstamos es que la tasa de interés sea un poco más alta y las cantidades no superan en muchas veces tu sueldo. Algunos de ellos cuentan con la modalidad de descuento automático de las parcialidades.
Tarjetas de crédito. Son productos diferentes en el funcionamiento a los otros, puesto que con un plástico se trabaja con un sistema llamado crédito revolvente. En esencia, mientras los otros créditos solo pueden ser usados una vez, con una tarjeta, la línea de crédito se renueva cada cierto tiempo, por lo que mientras cumplas con los pagos totales de lo que has gastado, puedes usarla cuantas veces quieras.
Todos los productos anteriores pueden ser comparados con sus alternativas similares gracias al CAT.
¿Qué es el CAT? El Costo Anual Total, es una medida que se utiliza para conocer el costo real de un crédito. Se expresa en términos porcentuales anuales y sirve como una medida comparativa entre productos similares, pues es una referencia que coloca a todos los créditos que están en oferta en una misma línea.
El CAT de un producto crediticio puede incluir elementos tales como la tasa de interés, la anualidad (en el caso de los productos que exijan un pago anual), las comisiones y los seguros que se incluyen.
El objetivo del CAT, es que puedes comparar entre las diferentes ofertas de un mismo tipo de crédito, sin importar el tipo o el plazo, puesto que se creó con el objetivo de que puedas tomar la mejor decisión con respecto al costo del financiamiento.
¿Cómo salir de deudas? Si por algún motivo has caído en una deuda de la que es muy difícil salir, lo primero que debes hacer es hablar con tu banco. Dependiendo de la situación, las instituciones financieras pueden ayudarte a encontrar una solución.
Una de las estrategias más comunes es la consolidación de deudas, que se trata de una forma de juntar los pagos de todas tus obligaciones acercándote a una institución que te ofrezca mejores condiciones de pago, te ayude a liquidar tus deudas con otros bancos y te apoye con la elaboración de un plan de pagos para que tengas todo en una sola deuda. De esta manera no enfrentas obligaciones con distintos acuerdos, diferentes condiciones y varias tasas de interés.
Los planes no son para todos los casos. El monto que acuerdes pagar por lo general dependerá de la situación en la que te encuentres, y en algunos casos no podrás solicitarlo directamente, pues algunos bancos envían una invitación únicamente a aquellos clientes a los que se les considera aptos para este tipo de programas.
Debes tener presente que puedes terminar pagando por mucho más tiempo para liquidar una deuda, aunque el pago mensual que tengas que hacer pueda ser menor, y por lo tanto puedas afrontarlo. Explora pasos prácticos e inteligentes para deshacerte de las deudas de manera efectiva.
Desde la planificación presupuestaria hasta la negociación con acreedores, te equiparás con herramientas capaces de enfrentar y superar tus desafíos financieros. Transformaras tu perspectiva y aprenderás a tomar decisiones informadas e inteligentes, que te conducirán hacia un futuro financiero libre de deudas y lleno de posibilidades.
El método avalancha. Este enfoque es como una avalancha imparable que arrasa con todo a su paso. El método avalancha se basa en la idea de priorizar tus deudas según sus tasas de interés, comenzando con las de interés más alto.
Listado de deudas. Enumera todas tus deudas, desde la más pequeña hasta la más grande, junto con sus tasas de interés respectivas.
Ataque a la cima. Destina el mayor monto de dinero posible al pago de la deuda con la tasa de interés más alta, mientras haces pagos mínimos en las demás.
Efecto de avalancha. Una vez que eliminas la primera deuda, redirige los pagos que hacías en esa deuda hacia la siguiente en la lista. Este flujo constante de pagos acelerados crea un efecto de avalancha, permitiéndote pagar tus deudas más rápido y ahorrar en intereses a largo plazo.
El método avalancha es especialmente efectivo desde una perspectiva financiera, ya que te permite reducir la cantidad total de intereses pagados durante el proceso. Sin embargo, requiere disciplina y paciencia, ya que las deudas con tasas de interés más altas a menudo son las más grandes.
El método bola de nieve. Ganando Impulso hacia la Victoria. Piensa en una bola de nieve que rueda cuesta abajo, ganando tamaño y velocidad a medida que avanza. El Método Bola de Nieve se centra en la eliminación de las deudas más pequeñas primero.
Orden de deudas. Enumera tus deudas de menor a mayor, independientemente de sus tasas de interés. Elimina las Pequeñas: Dirige tu enfoque y recursos hacia la deuda más pequeña, haciendo pagos mínimos en las demás.
Victoria a victoria. Una vez que eliminas una deuda, dirige el monto total que pagabas a esa deuda hacia la siguiente en la lista. A medida que avanzas, experimentarás victorias rápidas y generación de impulso.
El Método Bola de Nieve se destaca por su enfoque psicológico. Aunque puede no ser la opción más rentable en términos de intereses, el sentimiento de logro al eliminar deudas más pequeñas puede proporcionar la motivación necesaria para seguir adelante.
Enfoque y Determinación. La elección entre el Método Avalancha y el Método Bola de Nieve dependerá de tus preferencias personales y tu situación financiera. Lo más importante es tener un plan claro y ser constante en su ejecución.
Hay que tener en cuenta que el éxito en salir de deudas requiere más que una estrategia; es un compromiso a largo plazo. Además de elegir uno de estos enfoques, aquí hay algunas estrategias adicionales para acelerar tu viaje hacia la libertad financiera.
Presupuesto detallado. Examina tus gastos y crea un presupuesto detallado. Identifica áreas en las que puedas reducir gastos y redirige esos fondos hacia el pago de deudas.
Ingresos adicionales. Busca formas de aumentar tus ingresos, ya sea a través de trabajos a tiempo parcial, proyectos freelance, o venta de artículos que tengas en tu hogar que ya no los uses. Pero esas ganancias que obtengas, evita gastarlos en bebidas alcohólicas, fiestas u otras cosas innecesarias.
Negociación con acreedores. No dudes en contactar a tus acreedores para explorar opciones de refinanciamiento o planes de pago más asequibles.
La compra de cartera te ofrece la oportunidad de unificar tus deudas en un solo lugar. Evita llevar cuentas dispersas y desordenadas. Al consolidar tus obligaciones en un solo préstamo, lograrás mayor claridad y control sobre tus finanzas. Ya no tendrás que hacer malabares de múltiples fechas de pago y tasas de interés confusas.
Además, esta estrategia puede significar un alivio para tu bolsillo. La compra de cartera a menudo viene acompañada de tasas de interés más atractivas y plazos flexibles, lo que podría traducirse en cuotas mensuales más bajas y manejables. Podrás tener más margen para respirar cada mes y poder destinar esos recursos a otras metas financieras o a tu calidad de vida.
¿Te preocupa el impacto en tu historial crediticio? No te preocupes, la compra de cartera puede incluso ayudarte a mejorar tu calificación crediticia. Al reorganizar y simplificar tus deudas, demuestras a las entidades financieras tu compromiso y capacidad para cumplir con tus obligaciones, lo que puede tener un efecto positivo en tu perfil crediticio.
Con la compra de cartera, no solo estás reorganizando tus deudas, sino que también estás dando un paso concreto hacia el camino de la estabilidad económica. Tendrás esa sensación de seguridad al saber que estás tomando medidas proactivas para superar tus deudas y construir un futuro financiero sólido.
Educación Financiera. Aprende sobre inversiones y manejo del dinero para evitar caer en deudas nuevamente una vez que las hayas superado.
Con determinación y un enfoque sólido, puedes recorrer el camino hacia la libertad financiera y vivir una vida libre de deudas. Ya sea que elijas la avalancha o la bola de nieve, cada paso que tomes te acerca más a una situación financiera saludable y próspera.
Tu futuro financiero está en tus manos, y la educación financiera te proporciona las herramientas necesarias para construir una vida libre de deudas y llena de oportunidades. Prepárate para dejar atrás las preocupaciones financieras y avanzar hacia un camino de estabilidad y prosperidad. Conoce más sobre educaciòn financiera y obtén la libertad de crear la vida que deseas para ti y tu familia.
Aprende a ahorrar. Puede que hayas pasado por un imprevisto y esa sea la razón por la que tuviste que endeudarte por encima de tu capacidad de pago y sin embargo, un ahorro para emergencias pudo haberte salvado de esa situación.
La idea es que cambies algunos gastos por ahorro; es decir, que los egresos que hayas eliminado de tu mes y una vez que tus obligaciones se encuentren bajo control, sigas guardando dinero puesto que ya estás acostumbrado a no usarlo a diario, de forma que siempre tengas un colchón frente a imprevistos o puedas prepararte para tu futuro.
Lo mejor del ahorro es que puedes planearlo por adelantado de forma que si quieres salir de vacaciones, vayas juntando dinero en lugar de endeudarte, y procurado que en el viaje que realices no te gastes más de 60 por ciento de tus ahorros.
Para llevar a cabo esto, es importante que generes objetivos claros y definas cuáles son las metas que quieres alcanzar, pero sobre todo, que le des prioridad a lo más importante como es evitar gastos innecesarios que te generen deudas que provoquen caer en el mismo vicio que con esfuerzo lograste salir.
* Premio Estatal al Mérito Jurídico 2018.