Texto y fotografía: Luis Daniel Nava
Chilapa, Gro; a 11 agosto 2020.- derechos de los pueblos indígenas se proclaman en declaraciones internacionales y constituciones, pero se violan en los hechos, indicó la académica, Rosalba Díaz Vázquez.
Consultada sobre el acceso a los servicios y derechos humanos de las comunidades de Guerrero en el marco del Día de los Pueblos Indígenas, la maestra e investigadora de la Universidad Autónoma de Guerrero, Rosalba Díaz Vázquez, señaló que está fecha se utiliza para felicitar a las comunidades indígenas, pero “Hay mucho que recalcar y recordar las carencias”, se debe sensibilizar a la sociedad y exigir al Estado hacer su trabajo.
A 26 años de la declaración de la Organización de las Naciones Unidas, enumeró, las localidades en Guerrero tienen una deficiente atención a la salud, no cuentan con saneamientos de agua y su visión cultural se excluye de la educación pública.
Es necesario que resoluciones como la del Día de los Pueblos Indígenas —que reconoce sus formas de relacionarse con sus territorios y entorno, así como la voluntad de preservar sus formas de organización, valores culturales, sociales y económicos—, tengan impacto no sólo en las leyes sino en la vida cotidiana, comentó.
“Pese a la buena intención, no se concretan en hechos reales. Existe una real falta de atención; no hay congruencia entre lo que se plasma y lo que se realiza. Se proclaman los derechos de los pueblos en declaraciones internacionales y en constituciones locales, pero se violan en los hechos”, enfarizo.
Rosalba Díaz mencionó que México es un país multicultural y pluricultural, pero eso no se fomenta menos en la educación.
Añadió que el sistema de gobierno ha implementado desde siempre una educación monocultural que no reconoce la diversidad de saberes y no toma en cuenta la visión cultural y los conocimientos de los pueblos.
La situación actual de los pueblos de Guerrero es de carencias. Hay deficiencias en los servicios de salud desde la infraestructura, falta de personal y medicamentos y la falta de saneamiento del agua lo que ha provocado una alta tasa de enfermedades trasmisibles y no trasmisibles.
Díaz Vázquez actualmente desarrolla una investigación sobre la carencia, el uso y el manejo del agua entre los pueblos indígenas de la Montaña baja.
El Covid y la resiliencia de los pueblos
Las mujeres, que siguen jugando el rol de proveedoras de los alimentos, dijo la profesora, continúan siendo violentadas en sus hogares y fuera de sus pueblos, situación que se ha agravado con el confinamiento ante la pandemia por la nueva enfermedad Covid-19.
En el contexto de la pandemia, la académica explicó, que los significativos y ancestrales estilos de vida de los pueblos son una fuente de resiliencia, no obstante, desde el exterior pueden verse como un riesgo para la propagación del virus.
Ejemplificó con las ceremonias que realizan los pueblos de Chilapa y Zitlala en torno a su relación con el maíz y la tierra. La fortaleza ante la enfermedad proviene de sus conocimientos de la naturaleza y prácticas tradicionales como el aislamiento o la protección de sus territorios.
“Sería bueno recordar la capacidad de resistencia, resiliencia, adaptación y readaptación. Ahí está la fortaleza de los pueblos”, concluyó.