Texto: Bernardo Torres
Fotografías: Jorge Dan López
Coyuca de Catalán, Gro., 31 de agosto de 2020.- Durante décadas la Sierra de Guerrero ha sido estigmatizada debido al cultivo de Amapola, lo que le ha costado permanecer en el abandono institucional, pero hoy los pobladores están dispuestos a reclamar atención.
«La Sierra es más que amapola, en la sierra se producen los mejores frutos, con el agua de la sierra se riegan los cultivos de la Costa Grande y Tierra Caliente», expresa Aurora Aguilar Rojas, miembro de la Unión de Ejidos Forestales y Agropecuarios (UEFA).
Hoy 128 comunidades, 16 ejidos de cinco municipios se han erigido además como Observatorio por la Sierra a través de Comités de Paz, para reclamar la atención que por décadas los tres niveles de gobierno les han negado, con ello buscan llevar por fin la pacificación y el desarrollo a sus pueblos.
Este fin de semana, desde la comunidad de El Aguacate, Municipio de Coyuca de Catalán, hombres, mujeres y niños lanzaron un grito de exigencia al Estado. «Ya estamos hasta la madre de la estigmatización, de la violencia y el abandono, no somos amapoleros ni contra insurgentes», así lo expresó Freddy Bernardino Rojas, promotor de esta organización, quien abundó que la sierra está cansada de rogar por proyectos en materia de salud, educación, vivienda, carreteras, y una vida digna.
A consecuencia de este abandono gubernamental, dijo, la sierra está llena de huérfanos y viudas, desde los tiempos de Genaro Vásquez y Lucio Cabañas, y ahora por la guerra entre los cárteles de la delincuencia organizada.
Son 15 municipios, con más de 140 mil habitantes quienes conforman la región más rica en recursos naturales, donde en los últimos años se ha detonado la siembra y producción de aguacate, pera, manzana, tuna, zarzamora entro otros frutos.
En forma de cascadas, riachuelos, luego arroyos y ríos que descienden por cañadas y tepetates el agua de la sierra riega los cultivos de municipios costeros y de la Tierra Caliente, pero eso poco es valorado.
En menores proporciones, pero no menos importante, la madera es el oro de la sierra, la variedad de árboles permite además la producción de artesanías realizadas a base de «ocoshal» (hoja o hilo de pino), que es poco conocida en el mercado.
**Pero… No hay carreteras, ni seguridad
Las lluvias han destruido las carreteras hacia los pueblos de la sierra, en 26 años sólo han sido pavimentados 23 de 110 kilómetros que proyectó en su momento el Presidente de la República Carlos Salinas de Gortari, vía de comunicación que cruzaría todo el Filo Mayor.
Las 15 comunidades «principales» de esta ruta, están actualmente incomunicadas, sin energía eléctrica desde hace ocho días, y a pesar de las peticiones a los tres niveles de gobierno se les niegan recursos, argumentando que todo se está destinando a la pandemia por Covid-19.
José Luis Arreola Villa, comisionado al Sector Caminos por la UEFA, señala que el abandono es total, en carreteras y por consecuencia en salud y educación. A los pueblos no llegan los médicos, medicinas, ni maestros.
«En la sierra tenemos prohibido enfermarnos», dice don José Luis Arreola Lagunas, y no son las lluvias las que nos tienen aislados, sino años de abandono, añejas demandas que ningún gobierno ha contestado.
La señora Melania Cortés narró que «en la sierra nos mata una picadura de alacrán. Hace un año tuvimos que viajar más de seis horas en cuatrimoto, recorrimos comunidades buscando medicina y en ninguna hubo».
Aunado al tema de salud, las producciones de aguacate, manzana, pera y durazno están paradas porque no pueden sacar sus productos, las frutas se pudren tanto en la huerta, en el camino o en las bodegas.
Los programas federales, ampliamente difundidos por el presidente, Andrés Manuel López Obrador, no han llegado a estos pueblos, por lo que los jóvenes tienen que migrar a otras ciudades en busca de empleo.
El presidente de la Unión de Ejidos, Antonio Arreola Beltrán lamentó que para el presupuesto 2020, en Guerrero sólo se haya incluído reparación de caminos, 250 kilómetros, pero ni uno solo para nuevos caminos, dejando abandonada la sierra y la Montaña de Guerrero.
Destacó que en el Municipio de Tecpan de Galeana sólo hay una carretera que conecta a la sierra, cuando hay decenas de comunidades sin acceso, siendo que una buena carretera resuelve prácticamente los problemas de salud, educación y vivienda.
El 80 por ciento de las viviendas no cuentan con electricidad, agua potable, drenaje y tienen piso de tierra, destacó la joven Lucero Harrison Sánchez, quien es parte de este comité en materia de vivienda.
Autoridades de Cordón Grande Municipio de Tecpan, Ismael Cázares y Rufino Cázares reprocharon que ya están hartos del abandono, mientras en otros estados hay un Tren Maya, Refinerías, en Guerrero no hay ningún proyecto de impacto.
«En la sierra no se avanza, al contrario, hay retroceso, las escuelas van en deterioro, al igual que los centros de salud» señala la señora Melania Cortés, una de muchas mujeres que se dieron cita para elevar esta exigencia a los tres niveles de gobierno.
La sierra está produciendo aguacate, «pero batallamos con el flete», señala el joven Joel Arreola, no hay compradores, les bajan mucho el precio, tienen pérdidas por cobro de cuotas, daño a la fruta en el traslado y con ello se pierden los empleos.
Sólo en esta zona, hay alrededor de 400 hectáreas de aguacate sembradas, las cuales producen cada temporada entre 15 o 20 toneladas, pero debido a las malas condiciones del camino tienen pérdidas de hasta un 30 por ciento de su producción.
Culminar las carreteras iniciadas en el periodo del presidente Carlos Salinas de Gortari sería el mejor proyecto de desarrollo para la sierra, como los proyectos Vallecitos-Filos que habrían detonado el desarrollo en la zona.
Hoy, esos caminos que se iniciaron son ruinas, carreteras absorbidas por la naturaleza y hasta un peligro para quienes las transitan.
Los pueblos hoy están organizados, exigen atención y derechos, pero de no haber respuesta de las autoridades, adviertieron que pronto los verán tomando carreteras y oficinas en el Centro de la entidad.