Texto: Luis Daniel Nava
Chilapa, Gro; a 29 de septiembre de 2020.- Dos cámaras y tres tarjetas de memoria utilizadas para registrar y conservar fauna silvestre fueron robadas del Parque Nacional Juan N. Álvarez.
Con la sustracción del equipo se perdió el registro de un mes y medio de vida de la fauna silvestre del Parque.
Los Guardaparques en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Protegidas trabajan en recuperar el equipo, así como en reforzar las medidas de seguridad para protegerlo.
El Parque nacional Juan N. Álvarez fue creado el 14 de mayo de 1964.
Se ubica al noroeste de Chilapa en los bienes ejidales de las comunidades Xulchichio y Lamacintla del municipio de Chilapa y Petatlán en el municipio Atlixtac.
Las cámaras fueron colocadas apenas a mediados de agosto pasado con la finalidad de
estudiar los hábitos durante el día y la noche de animales endémicos como el venado, gato montés, tlacuache, zorrillo, coyote, mapache o tejón.
El estudio de expertos y de la misma población de la región permitirá la conservación y protección de las especies.
Las cámaras tienen un sistema infrarrojo que les permite grabar durante la noche y fueron colocadas en lugares estratégicos del Parque que tiene una extensión de 528 hectáreas.
El pasado jueves 24 de septiembre durante un recorrido, guardabosques y personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) constaron la sustracción de la tarjeta de la memoria MicroSD de una cámara de video. La cámara de video había sido removida, pero aún se encontraba en el lugar.
Y en otro punto se sustrajo por completo la cámara de video, que incluía la tarjeta de memoria.
Este primer hecho en el Parque Nacional se registró en el área de los bienes ejidales de la comunidad de Xulchichio del municipio de Chilapa.
El segundo robo, reportado al siguiente día, el viernes 25 de septiembre, fue en el mismo Parque, pero del lado que pertenece a los ejidos de Petatlán del municipio de Atlixtac. Ahí fue sustraída la segunda cámara con su información contenida en la tarjeta de memoria.
El objetivo, de acuerdo al Decreto del Parque nacional, fue proteger la vegetación forestal existente en el área y mejorarla con reforestación. Predomina el pino-encino y el ocote.
Este bosque, considerado un refugio natural para la conservación y propagación de fauna, también padece de la tala de encino y la extracción ilegal del ocote.