Texto: Fabiola Ramos Gallo
Fotografías: Amilcar Juárez
Tixtla de Gro., 01 de noviembre de 2020.- Como cada año, en conmemoración del Día de Muertos, estudiantes y padres de familia de la Escuela Normal Rural «Raúl Isidro Burgos» de Ayotzinapa instalaron una ofrenda en la cancha principal de la institución, para recordar a los estudiantes fallecidos a lo largo de la historia de la mencionada escuela.
En entrevista para este medio, integrantes de la Comisión de Prensa del plantel educativo relataron que como cada año organizaron una ofrenda con la que rinden homenaje a sus 10 compañeros caídos y los mantienen vivos en la memoria colectiva.
En los niveles de la ofrenda se aprecian las 10 fotografías de los compañeros fallecidos; el primero de ellos es Juan Manuel Huikán asesinado por la entonces Policía Judicial en una protesta el 18 de octubre de 1988, seguido de Gabriel Echeverría y Alexis Herrera asesinados a balazos en 2011 sobre la Autopista del Sol, en Chilpancingo.
También se añadieron los rostros de los jóvenes normalistas Freddy Vázquez y Eugenio Tamarit, atropellados en 2013, asimismo figuran Julio César Nava, Daniel Solís y Julio César Mondragón, víctimas mortales de la noche de Iguala donde desaparecieron 43 más; y finalmente, los normalistas víctimas de un supuesto asalto en 2015 Jonathan Morales y Filimón Tacuba.
Al respecto, los estudiantes refirieron que no basta con que el gobierno asuma su responsabilidad en cada uno de los hechos contra los difuntos, por lo que refrendaron seguirán en pie de lucha hasta conseguir el esclarecimiento de cada caso y castigo a los responsables.
«Sigue sin haber justicia, una disculpa no basta, como madre, como padre no recuperas a un hijo. Ni con un apoyo moral, económico ni de ningún tipo. Por eso se continúa exigiendo que se haga justicia y conocer la verdad sobre estos crímenes arteros, tanto de la desaparición de los 43 como de los compas muertos».
Asimismo, uno de ellos abundó que el gobierno ha tratado de justificar la violencia ejercida contra los normalistas acusándolos de vándalos, mas no exhibe las demandas que no son atendidas y por las cuales ellos llevan a cabo las movilizaciones.
Por otra parte, recordaron que siguiendo la costumbre, el cempasúchil, flor de terciopelo, aserrín y frutas colocadas en el altar se obtuvieron gracias a los módulos de producción de la Normal.
«Si bien es cierto que en años anteriores se llega a hacer más grande, en esta ocasión por la pandemia hicimos algo igual de significativo con elementos reciclables, frutos y flores producidos por nuestra propia comunidad estudiantil».