Texto: Jesús Saavedra

Chilpancingo, Gro. 29 de noviembre de 2020.- Siete años después que la tormenta Ingrid y Manuel dejó severos daños en caminos, cosechas, escuelas y viviendas en la Montaña de nuestra entidad, donde el gobierno de Enrique Peña Nieto se comprometió a constituir 2 mil viviendas y ninguna se hizo, este fin de semana se empezaron a entregar 403 casas dentro del Programa Social de Vivienda en esa región considerada una de las más pobres del país.

Esas 403 viviendas que se construyeron en esa región se invirtieron 80 millones de pesos para 9 municipios, en 67 localidades indígenas en un primer ejercicio, donde la comunidad y las familias beneficiadas escogen el modelo de vivienda, sus materiales y con asesoría técnica, ellos mismos aportan la mano de obra para ejercer los recursos y concluir su hogar.

Así se informó este sábado en un acto en la comunidad indígena de Zontecomapa, municipio de Acatepec en esa región de nuestra entidad, donde informaron que ese programa se realizó a través de la Secretaría de Desarrollo Agrario Territorial y Urbano (Cedatu), la Comisión Nacional de Vivienda (Conavi), el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) y las comunidades beneficiadas.

El comisario de Zontecomapa, Isidro de la Cruz García dijo que las familias beneficiadas de su comunidad «estamos agradecidos con este programa, nos engañaron varios años y ahora se hecho realidad tener nuestro propio hogar que fue destruido en las tormentas de Ingrid y Manuel hace ya 7 años. Utilizamos los materiales de construcción de manera adecuada, el recurso también y se ejerció de manera correcta, no agarramos ni un peso, siquiera para el refresco», agregó.

En el acto el director del INPI, Adelfo Regino Montes recordó que en enero del 2019 a invitación estuvieron en esa misma localidad a invitación del Consejo de Comunidades Indígenas de la Montaña y donde le demandaron que el gobierno federal cumpliera su promesa de darles una vivienda, promesa que no se cumplió en el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Regino MOntes, dijo que le informó al presidente, Andrés Manuel López Obrador que el tema prioritario era la reconstrucción de viviendas en la Montaña por los daños del que dejaron las tormentas Ingrid y Manuel «el presidente instruyó que se realizará este programa y hubo una respuesta efectiva a las añejas e históricas demandas de nuestros pueblos’.

Añadió que era importante la participación de los pueblos en gobernar y en resolver los problemas, «antes venían y nos decían como construir los funcionarios si ellos no van a vivir aquí; en Oaxaca hay 133 municipios indígenas que están haciendo sus caminos, así como ustedes hicieron sus casas, el gobierno transfiere de manera directa los recursos y las comunidades en asamblea deciden las obras que van a realizar y hoy hay 403 viviendas construidas por ustedes, sin intermediarios».

En el acto el director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña «Tlachinollan», Abel Barrera Hernández sostuvo que la construcción de esas viviendas «es algo que no habíamos constatado en la Montaña, se acompañó el proceso, se les pidió su opinión, participó la comunidad, estas familias luchan para salir adelante y estas obras son producto de la organización».

Dijo que en septiembre del 2013 tras el paso de las tormentas, «hubo un clamor de los pueblos para pedir apoyo porque estaba todo destruido, aquí en Zontecomapa se destruyeron más de 60 casas, la escuela el albergue y la comunidad se organizó para exigir, fue una experiencia que nos impactó al ver el movimiento de los pueblos».

Indicó que gracias a la movilización, fue a la Montaña la entonces titular de la Sedatu, Rosario Robles Berlanga «la gente le reclamó, se le exigió junto con Nubia Mayorga de CDI que respondieran a este reclamo de vivienda».

Señaló que hubo un compromiso «a reganadientes y no se logró nada, ahí esta la estafa maestra y ejemplo de ello es la Montaña; hay lugares donde solo hay piso de cemento, en otros casos llegó un carro de arena, en otros postes de Armex y no construyeron, ninguna vivienda, ninguna».

Explicó que según el censo que hizo Sedatu y el compromiso era la construcción de más de 2 mil viviendas «y ninguna de esas se construyó, ninguna, por eso la desesperación de las comunidades del engaño, de la burla, aquí obligaron a que hicieran su plataforma para esperar que llegara la vivienda y nunca llegó, esa es la desesperación de la gente a la que se le obligó a firmar papeles para justificar su estafa».

Barrera Hernández, manifestó que por primera vez había lágrimas de alegría en esa comunidad «al fin es posible que haya viviendas para las familias pobres y eso debemos seguir recalcando que es un éxito esta experiencia, porque fue el trabajo de la comunidad, de sus familias, vale la pena seguir luchando para que haya justicia en la Montaña, a pesar de la pandemia que se pueda construir el nuevo futuro de la Montaña con autoridades ejemplares sin ningún centavo en el bolsillo».

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