Texto y fotografías: Luis Daniel Nava

Chilapa, Gro., 06 de diciembre de 2021.- Cuando te mandan a una guerra vas preparado para cubrirla, pero en Guerrero no estás preparado porque hay una guerra silenciosa, expuso en Chilapa este fin de semana el fotoreportero José Luis de la Cruz durante un conversatorio.

Y dijo que el trabajo es mal pagado, que no cuentan con seguro de vida ni ayuda profesional para manejar las emociones y el estrés.

No obstante, indicó, sigue haciendo fotografía porque Guerrero tiene mucha cultura y en los pueblos le han dado hasta lo que no tienen.

José Luis de la Cruz visitó esta ciudad y sostuvo una charla el sábado a las siete de la noche en el histórico Hotel Álvarez, ahora llamado Mesón de Zapata, con reporteros, realizadores de video, activistas, maestros y estudiantes.

El chilpancinguense contó sus inicios en la fotografía, las primeras impresiones al cubrir nota roja, las circunstancias sorteadas para realizar una foto, el temor que en algunas ocasiones ha sentido, así como el sentimiento de tristeza y dolor en la cobertura de las víctimas de la violencia.

Condujo el conversatorio el ex reportero Gustavo Alberto Nava; los asistentes aportaron experiencias y reconocieron la labor de De la Cruz. Al final el realizador de video nahua José Luis Matias y el coordinador de mezcaleros de la marca Sanzekan, Emiliano Cerros, le regalaron botellas de mezcal.

Una de sus primeras coberturas ya con cámara semiprofesional, recordó, fue el 12 de diciembre de 2011 en el operativo de desalojo de la autopista en Chilpancingo por parte de policías estatales, ministeriales y federales que terminó con el asesinato de los estudiantes Jorge Alexis Herrera y Gabriel Echeverría de la Normal de Ayotzinapa.

Dijo que en ese tiempo no sabía cómo se escuchaban los balazos y que hasta los llegó a confundir con cohetes. También fue testigo del momento en que se prendió una bomba de una estación de gasolina en la que murió el despachador Gonzalo Rivas.

“Te vas dando cuenta. Si alguien quiere ser fotógrafo tiene que salir a practicar. Así me he ido formando día a día, cuando te vas dando cuenta que estás en un estado muy difícil.

Compartió que un colega que ha cubierto guerra en medio oriente le dijo que en México es más peligroso trabajar. “Cuando te mandan a la guerra te vas preparado para cubrirla, pero aquí no, es como una guerra silenciosa.

Eso ha provocado, dijo, que haya reporteros desplazados de sus lugares de trabajo. “Es muy difícil cubrir en Guerrero y no tenemos un protocolo de seguridad. Cada uno se los va armando en el camino.

Apuntó además que el trabajo es mal pagado. “No hay condiciones en Guerrero, no tenemos seguro de vida, ni apoyo emocional profesional, un psicólogo que atienda.

Recordó el caso de un asesinato de una menor en Tixtla que lo hizo sentir impotente y casi lo hace llorar.

“¿Cómo pueden pasar estas cosas? Te impacta, la mayoría de los fotógrafos no tienen quien le ayude en sus problemas, quien los atienda profesionalmente

De la Cruz dijo que un contrapeso al estrés han sido las fiestas que ha documentado en los pueblos del estado.

“La parte que me ha ayudado a llevar todas las emociones han sido las fiestas, los eventos culturales. Aparte de la violencia, en Guerrero hay cultura y eso es bonito, las danzas, las fiestas. Cuando voy me explayo, me gusta tomar ese tipo de fotos.

“Es el contrapeso que ha hecho que siga yo aquí haciendo fotografía porque me voy a los pueblos a tomar foto donde la gente es muy amable y a veces te da lo que no tiene”.

El fotoreportero es colaborador de diversos medios estatales, nacionales como Proceso y de agencias internacionales como EFE comentó que si alguien quiere ser fotógrafo debe ponerle un poquito de corazón y pasión porque en cada foto, dijo, “estás dejando un pedacito de ti”.

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