Texto: Jesús Saavedra

Chilpancingo, Gro., 02 de marzo de 2022.- De acuerdo a cifras del Consejo de Jornaleros Agrícolas de la Montaña, en los últimos cinco años han salido de sus comunidades más de 100 mil personas para ir a buscar mejores condiciones de vida en campos agrícolas de la zona Norte de nuestro país y de esa cifra la mitad serían mujeres, las cuales trabajan en condiciones precarias.

Este miércoles el Centro de derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan” realizó una mesa de análisis sobre la vida de las jornaleras agrícolas de la Montaña, quienes dejan su hogar para buscar trabajo y como una reflexión previa a la conmemoración del día Internacional de la Mujer.

El abogado, Paulino Rodríguez Reyes recordó que el Consejo se conformó desde el 2006 y se ha encargado de organizar la salida de indígenas de la Montaña hacia campos de cultivos del Norte del país en las mejores condiciones posibles y evitar abusos de empresarios que contratan su mano de obra.

Rodríguez Reyes, indicó que de acuerdo al registro que cada año hacen en el Consejo en la temporada alta de salida de indígenas de la Montaña de septiembre a enero, cuando se hace un censo de la población que emigra.

Dio a conocer que de acuerdo a ese censo se tiene un registro que del 2016 a la fecha “hay más de 100 mil registros que se tienen de hombres, mujeres e hijos que emigran para buscar mejores condiciones de vida, abandonan sus hogares para tener trabajo y dinero para atender sus necesidades”.

Subrayó que se trata de “una cifra estimada porque no hay un censo real y tener números reales de la migración indígena, mucha gente no se registra porque se van por cuenta propia”.

Afirmó que con la pandemia del Covid-19 la salida de familias de la Montaña se incrementó notablemente, “en el 2020 se tuvo registro de más de 15 mil personas que migraron; para el 2021 se tuvo una cifra de 14 mil 676 personas y de esa cifra 7 mil 209 fueron mujeres que se registraron y que se fueron a trabajar en campos agrícolas en condiciones muy precarias, es una situación realmente preocupante”.

Dijo que la condición de vida de las mujeres en los campos de cultivo agrícolas es difícil, pues además de trabajar con sus esposos e hijos, se tienen que hacer cargo de la educación de los niños y de la atención con la comida y atender las tareas del hogar.

Paulino Rodríguez Reyes, señaló que en los campos agrícolas no se tiene garantía de atención médica “es muy difícil la vida de las mujeres y de los jornaleros en general, se tienen que atender por su cuenta y pagar sus medicinas, el servicio de Salud gratuito como tal no existe”.

En este ejercicio, Martina Ramírez Domínguez explicó que en su caso tuvo que migrar a un campo de cultivo en el estado Aguascalientes “por motivos personales salí a trabajar a los campos agrícolas de compañías extranjeras”.

Se quejó que haya “desigualdad entre las mujeres jornaleras a diferencia de los hombres a los que se les procura más, es un trato desigual, nuestros derechos están ausentes, tenemos jornadas laborales que terminan hasta las 7:30 de la noche”.

Añadió que sus demandas como jornaleros agrícolas es tener salarios dignos, que las empresas que contratan su mano de obra les garanticen su atención como trabajadores y el acceso a la salud y vida digna.

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