Texto: Juan Blanco
Fotografía: Archivo
Chilpancingo, Gro., 20 de marzo de 2022.- Salvador Rangel Mendoza, obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, manifestó su desacuerdo por los bloqueos de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero (CETEG), como el realizado el pasado lunes 14 de marzo en la Autopista del Sol que duró 12 horas.
Ante esta situación, pidió a las autoridades estatales y federales «ponerse las pilas» para que impidan, aprovechando la llegada de los 150 efectivos de la Sedena y de la Guardia Nacional el jueves pasado a Chilpancingo, la toma de carreteras como lo hicieron con las casetas de peaje.
Entrevistado después de oficiar la misa de la 1:00 de la tarde en el municipio de Chilapa de Álvarez, opinó que «es un poder exagerado que están utilizando los maestros para presionar y yo creo que hacen mucho mal a Guerrero porque ustedes saben que su gran industria es el turismo».
Dijo que la manifestación impidió a muchos turistas nacionales y extranjeros visitar las playas de Acapulco y otros destinos turísticos, disminuyendo al mismo tiempo la ocupación hotelera.
Agregó que estas acciones también afectan el tránsito de unidades de tiendas comerciales que llevan productos a otros lugares y «por ahí también leí sobre una mujer que se le estaba muriendo un familiar y no pudo llegar por estar en el bloqueo».
Monseñor dijo ser respetuoso de las exigencias en materia laboral y de derechos humanos de los docentes, pero que sin embargo durante su jornada de lucha de la semana pasada «no sé qué estaban defendiendo, nunca lo dijeron abiertamente, sólo estaban bloqueando».
No obstante, aseguró que en Guerrero se usa este método de protesta para conseguir beneficios personales.
«Ustedes saben que esto es clásico en Guerrero: se hace una protesta, se hace un bloqueo y se llegan a los arreglos (con las autoridades), es decir, se les dan un dinero, se van y cuando se les acaba vuelven a organizar otra protesta. Entonces, desgraciadamente aquí en Guerrero así es: a través de dinero quieren solucionar los problemas», advirtió.
Ante esta situación, Rangel Mendoza pidió a las autoridades estatales y federales «ponerse las pilas» para que impidan, aprovechando la llegada de los 150 efectivos de la Sedena y de la Guardia Nacional el jueves pasado a Chilpancingo, la toma de carreteras como lo hicieron con las casetas de peaje que eran bloqueadas constantemente por los normalistas de Ayotzinapa.