*El obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, también reveló, a través de información que obtuvo vía anónima, que a un Juez le pagaron 5 mdp para liberar de la cárcel a un narcotraficante guerrerense.

Texto: Juan Blanco

Chilpancingo, Gro., 02 de mayo de 2022. – En el municipio de Chilapa de Álvarez que, junto a otros de la Montaña Baja de Guerrero está bajo el control del grupo delictivo «Los Ardillos», hay al menos 400 cuerpos en fosas clandestinas y la Iglesia Católica «sabe más o menos dónde están».

Sobre este tema, en sus últimos días de su administración, al ex gobernador Héctor Astudillo Flores le fue informado tan sólo sobre uno de los cementerios ilegales en el que, se presume, hay alrededor de 30 cuerpos para que fueran exhumados.

Sin embargo, en su respuesta el entonces mandatario estatal priísta atajó que ya no quería más problemas, «y le echaron tierrita: ya no hicieron nada» por los cadáveres.

Toda esta información fue revelada por el obispo emérito de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, quien además sacó a la luz, a través de información que, dijo, obtuvo vía anónima, que hace ocho meses a un Juez le pagaron 5 millones de pesos para liberar de la cárcel a un narcotraficante guerrerense.

Misa de agradecimiento

El sábado pasado 30 de abril se llevó a cabo en la Catedral Asunción de María Santísima, en la cabecera municipal de Chilapa, una misa de agradecimiento a monseñor Rangel Mendoza por su episcopado parroquial.

A dicha celebración asistieron el ex gobernador interino de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez; el diputado del PRI en el Congreso local, Jesús Parra García; los síndicos del Ayuntamiento de Chilapa, Rosa Elena Chavelas Gutiérrez y Néstor Parra Rodríguez.

También, el nuevo obispo de la Diócesis, José de Jesús González Hernández; integrantes del Comité de Construcción de Cultura de Paz en el Estado de Guerrero; y ex funcionarios federales.

Homilía

Durante su homilía, el ex líder católico Rangel dio las gracias a Dios por haber logrado «relativamente» la paz en la Diócesis que comprende los municipios de la zona Centro y de la Norte, misma que, dijo, en las de Acapulco y Altamirano no se ha logrado porque se siguen suscitando hechos de violencia que antes tenían sumido a la de la Chilpancingo-Chilapa.

Sin embargo, dijo que así como Dios les pidió a los pescadores que no tuvieran miedo tras quedar en medio de las aguas turbulentas del mar, él les pide lo mismo a los guerrerenses que son víctimas de la inseguridad en el estado: «No tengan miedo».

Dijo que durante su ministerio él trató de poner su «granito de arena» para lograr la paz, pero que hay otras personas más que han hecho lo mismo bajo el anonimato.

En ese sentido, contó que «sucede que cuando iban a soltar a un señor que hacía mucho mal, que estaba en la cárcel, una palomita me avisó: ‘Le acaban de dar a un Juez 5 millones de pesos para soltar a fulano’. Entonces, yo me moví para que no saliera el señor».

Entrevistado más tarde sobre este tema, dijo que esto ocurrió hace apenas ocho meses y que a quien iban a liberar era a un narcotraficante de Guerrero, por lo que «de inmediato yo le mandé decir al gobernador (Héctor Astudillo Flores) y es cuando se hicieron los trámites y se mandó a ésta persona a Oaxaca», aunque no dio a conocer su nombre por lo delicado que es el tema, argumentó.

Entregan reconocimiento

Después de oficiar la misa, integrantes del Comité de Construcción de Cultura de Paz en el Estado de Guerrero y el ex gobernador Rogelio Ortega Martínez, le entregaron al obispo emérito una placa y una medalla, respectivamente, en reconocimiento a su labor pastoral.

El ex titular del Ejecutivo estatal dirigió una palabras de agradecimiento a monseñor por sus acciones de paz, y aseguró que durante su mandato él trabajó de la mano de la Iglesia para sacar a Guerrero de las «llamas» en las que se encontraba, derivado del Caso Ayotzinapa.

En ese sentido y producto de esta experiencia, sugirió a la actual gobernadora Evelyn Salgado Pineda trabajar también con los líderes eclesiásticos del estado para disminuir la inseguridad producto de la guerra criminal que mantienen grupos del narcotráfico.

En concreto, le pidió escuchar la propuesta de dialogar con los líderes del narco y con todos los actores involucrados en materia de violencia, puesto que, aseguró, «es el planteamiento más progresista, más avanzado que yo conozco para buscar una salida a la violencia».

Más de 400 cuerpos

Finalmente, Rangel Mendoza agradeció las condecoraciones que le hicieron, pero manifestó que sin embargo él aún tiene un pendiente con las familias que buscan a sus seres queridos desaparecidos.

Advirtió a los asistentes que lo que revelaría «es una cosa muy delicada: se habla de muchos desaparecidos, pero nunca se habla de los desaparecidos de Chilapa, pero desgraciadamente andan buscando a los desaparecidos de Chilapa donde no están».

Detalló que «en los días que iba saliendo Astudillo, me comuniqué con él porque descubrieron una fosa clandestina con 30 cuerpos, aquí cerca de Chilapa, y según declaraciones, hay otras fosas con cerca de 400 cuerpos, pero el gobernador dijo que ya no quería problemas y le echaron tierrita y ya no hicieron nada».

Ante ello, manifestó que «yo le pido a Dios que me de prudencia, sabiduría e irle buscando para sacar a la luz esos desaparecidos, esos cadáveres» porque «descubren fosas en todos lados, menos las de Chilapa. Ya sabemos más o menos dónde están», aseguró.

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