Texto: Jesús Saavedra
Chilpancingo, Gro., 07 de noviembre de 2022.- El Consejo Indígena y Popular de Guerrero “Emiliano Zapata” (Cipog-Ez), lamentó que a pesar de haber denunciado la violencia criminal que padecen en la Montaña baja de Guerrero al presidente, Andrés Manuel López Obrador sigan asesinando a sus afiliados, “¡Se lo dijimos! “los narco-paramilitares matan y desaparecen a nuestra gente; ¡Se lo dijimos! no queremos ser carne de cañón del crimen organizado que comanda Celso Ortega Jiménez y el diputado Bernardo Ortega Jiménez”.
Consideraron que López Obrador solo “simuló” escuchar sus demandas cuando interceptaron la camioneta en la que viajaba en su trayecto a Tlapa y en el crucero de Colotepec, “le dijimos que nos estaban matando, le dijimos quiénes, con nombres y apellidos, dónde y cómo. Pero tal como si nada hubiera sido dicho y estuviéramos condenados a repetir la misma historia, a llorar a nuestros muertos y nuestros desaparecidos, el 5 de noviembre tres de nuestros hermanos fueron asesinados”.
Se trata de Adán Linares, Moisés Cuapipisteco y Guillermo Hilario Morales, asesinados a tiros el sábado y con el que se eleva la cifra a 43 personas de esa organización que han sido asesinadas.
Acusaron al edil priista de Chilapa, Aldy Esteban Román (PRI) y al diputado local del PRD, Bernardo Ortega Jiménez, de ser quienes protegen con sus redes políticas al grupo criminal de “Los Ardillos”.
Como lo hicieron frente al presidente, denunciaron que ese grupo criminal opera impunemente en Tixtla, Atlixtac, Hueycantenango, Chilapa, Quechultenango, Mochitlán, “estamos viviendo una guerra de exterminio donde partidos políticos, gobiernos, policías, grupos delincuenciales, están vinculados y si no hemos sido exterminados es por nuestra resistencia y organización”.
Recordaron que el presidente les dijo que no cayeran en la provocación y que no respondieran ninguna agresión armada, “seguir llamando a la no violencia en un escenario de guerra, sin detener a quienes la generan, sin atacar las causas de la violencia, económicas, políticas, sociales, culturales, es un absurdo”.
Señalaron que este lunes les entregaron los cuerpos de sus tres compañeros, “hoy que velamos a nuestros muertos la rabia nos inunda, porque eran compañeros importantes de nuestra organización, de esos que trabajan al doble, de esos que no dormían en días cuando las balas de los Ardillos pasaban encima de nuestras cabezas e iban al frente a resistirlos para salvar la vida de nuestras comunidades”.
Agregaron que desde el Cipog-Ez, “no olvidaremos su lucha, porque ellos no se olvidaron de nosotros en los días más oscuros para nuestras comunidades. El paso que sigue es seguir resistiendo, porque de la muerte se nace la vida y nosotros elegimos el camino de la vida” y exigieron que se haga justicia.