Usar fertilizante fue contraproducente; tampoco los cultivos de calabaza resistieron la ausencia de lluvias
Texto Bernardo Torres Morales
Chilpancingo, 3 de octubre de 2023.- El retraso y la ausencia de lluvias en esta temporada ya causaron estragos en comunidades de la Sierra del Municipio de Chilpancingo y se advierte una disminución de hasta el 50 por ciento en la producción de maíz.
En el Ejido de la Esperanza, una localidad que depende de este cultivo la milpa aún no llega ni a jilotear (elote tierno), cuando en estas fechas la producción ya está garantizada.
Antonino Bravo Godoy, campesino, quien sembró al menos dos almudes de maíz –equivalente a dos hectáreas aproximadamente– detalló a este medio de comunicación que existe una gran preocupación por la crisis que se avecina, tanto para productores como consumidores.
Cada año, sembraban en los meses de junio y julio, una vez que se garantizaba la entrada formal de la temporada de lluvias, sin embargo esta vez sembraron apenas en el mes de agosto con un retraso de más de un mes.
No sólo fue el retraso de la entrada de la lluvia, sino que también el problema ha sido la ausencia de precipitaciones que han provocado que las plantas no se hallan desarrollado como en otros años.
Dijo que que hace un mes aproximadamente aplicaron el fertilizante, pero justo en esos días no llovió, por lo que no hizo efecto, de lo contrario fue contraproducente porque se quemó la raíz de las plantas.
Bravo Godoy, expuso que su familia subsiste con el cultivo de maíz en temporada de lluvias y la siembra de frijol en tiempo de secas, pero le preocupa que esta vez no le alcanzará para vender un poco de producto y para el autoconsumo.
El maíz criollo es el más afectado, pues su desarrollo es más lento que variedades híbridas o el elotero, que incluso no han escapado a otras plagas como el «chahuiztle» y el «gusano cojoyero».
Para los campesinos la ausencia de lluvia les ha obligado a invertir más de lo normal «si no llueve el gusano se apodera de la planta, en cambio de haber lluvia el cojoyo se llena de agua y el gusano se muere, pero ahora tenemos que aplicar líquidos (insecticidas)».
En la Esperanza son alrededor de 140 ejidatarios, y cerca de mil personas que dependen de esta actividad agrícola, la crisis, auguran, les pegará muy fuerte, sumado a las carencias por el abandono en que se encuentran por las autoridades municipales y estatales.
Hicieron un llamado a los diferentes niveles de gobierno que apliquen un plan emergente de ayuda a los productores de maíz, de lo contrario los precios se elevarán como nunca antes, y las consecuencias se padecerán mucho más en las zonas urbanas o ciudades.